El largo camino para descontar el salario a un congresista ausentista
La comunicación se debió a que la sesión del miércoles se tuvo que levantar porque por lo menos 60 de sus integrantes no se hicieron presentes para cumplir con su deber de sesionar y aprobar las leyes que estaban en discusión.
Pero aunque está de por medio la decisión de Name, lo cierto es que el anunciado descuento del salario a un congresista no es tan fácil como se planteó en medio de la polémica por el ausentismo.
Para que eso suceda se tiene que surtir una larga cadena de pasos. En primer lugar, los ausentistas pueden allegar a la Secretaría General sus excusas, las cuales podrán ser de diverso índole, desde las acostumbradas citas médicas hasta viajes en misión al exterior o también las citas con algún alto funcionario (presidente de la República o Ministros, por ejemplo).
Luego de este paso, la propia mesa se encarga de revisar cada uno de los casos de los que no llegaron y sus excusas, si existieron. En caso de que se considere que sí incumplieron el reglamento del Congreso, la mesa notificará a la Comisión de Acreditación, la cual revisará nuevamente cada caso.
Si posteriormente a la evaluación esa comisión ratifica que sí hay mérito para el descuento del dinero, se le notifica al congresista pero éste, gracias al debido proceso, puede apelar la decisión para lo cual tiene cinco días.
Esa apelación nuevamente vuelve a la Comisión de Acreditación, la cual ratificará o corregirá su decisión inicial, y la misma, en el sentido que sea, nuevamente será informada al congresista.
Si se ordena el descuento el mismo tendrá que ser notificado a la mesa directiva de la corporación, la cual a su vez tendrá que oficiar por medio de resolución a la paguría para que le haga la reducción del salario.
Y tras cumplir toda esa cadena, la plata finalmente se le dejará de pagar, pero en el sueldo del mes inmediatamente después a que se hubiese terminado todo este proceso.
Casos concretos
En el Senado de la República recientemente, en los últimos cuatro años, no se han presentado descuentos a sus miembros, pese a que los presidentes han ordenado que se disponga de ese ajuste del salario.
En la Cámara de Representantes, en la Presidencia de Augusto Posada, hace dos años, se ordenó el descuento de cerca de 14 millones de pesos a por lo menos 17 representantes, quienes se acogieron a todo este procedimiento antes de que les fuera descontado el salario.
En la legislatura anterior, el hoy ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, cuando era presidente del Senado, expidió una resolución más expedita para lograr este mecanismo. Sin embargo encontró que hay una diferencia con la asistencia y el ausentismo.
La asistencia del congresista a la sesión no siempre se mide por estar en el registro de la Secretaría, sino que en algunas ocasiones -como pasó el miércoles- algunos estaban en el salón de sesiones pero no se habían reportado con su huella para estar como asistentes.
El ausentista es, realmente, el congresista que no va a la sesión en ningún momento de la misma, lo cual es muy común que pase en las plenarias en que no hay votación de proyectos de ley sino únicamente debates de control político.
Es claro que así exista la voluntad de las mesas directivas de llamar al orden a sus colegas, lograr que les descuenten en promedio 600 mil pesos que sería el momento proyectado, no se podrá dar tan fácil.