Joven asesinó a su mamá de 35 puñaladas
Angustiados por la suerte de la mujer a la que todos los días veían en la cuadra, una de las inquilinas de la vivienda decidió ingresar.
Al subir las escaleras, la mujer jamás imaginó lo que vería y el enloquecido personaje que se encontraría. Pues una macabra escena en la terraza de la casa, demostraba todo el horror y el sufrimiento que minutos antes María Inés tuvo que vivir.
¿QUÉ PASO?
Eran cerca de las 5:00 p.m., cuando la tragedia llegó a la casa de los Torres. A esa hora, María Inés estaba tendiendo la ropa de su hijo, Jorge Poveda Torres (27 años), el mismo que luego se convertiría en su peor verdugo. Aunque parecía que la tarde iba a terminar tranquila, todo cambió cuando el joven se acercó.
En ese momento y como si el diablo se hubiera apoderado de su mente y su cuerpo, Jorge sacó un cuchillo y se abalanzó sobre la mujer que le dio la vida. Enloquecido, el sujeto empezó a clavarle una y otra vez el filoso puñal por la espalda, sin darle oportunidad siquiera de mirarlo a los ojos. Aproximadamente le propinó 35 puñaladas.
En su afán por salvarse del brutal ataque, María Inés intentó defenderse pero las heridas en su cabeza y espalda eran tan profundas que poco a poco fueron acabando con sus fuerzas. En unos segundos, la mujer cayó a los pies del joven que cientos de veces le había dicho que la amaba.
Horrible, además, la reacción de Jorge. Con el mismo cuchillo con el que había asesinado a su madre, empezó a apuñalarse la cabeza hasta quedar inconsciente.
No se salvó. Junto al cuerpo sin vida de María Inés, su hijo también cayó. Minutos después, la vecina subió y los encontró a los dos, madre e hijo, rodeados de un charco de sangre que revelaba el salvajismo del ataque. Jorge aún tenía signos vitales, por lo que fue trasladado rápidamente a la clínica de Occidente, donde a pesar de los esfuerzos médicos, dos horas después la muerte le ganó la batalla.
En una tarde, ayer, una familia se destruyó. Dos seres que habían prometido estar juntos toda la vida terminaron acuchillados en un ataque de locura e ira. Increíble.