Correa va camino a la reelección en Ecuador
En la víspera de las elecciones presidenciales en el vecino país, hay muchos que dan por sentado el triunfo de Correa por amplia mayoría, a quien las encuestas le atribuyen entre el 50% y 60% de votos.
Así las cosas, el economista de 49 años no tendría que disputar la segunda vuelta, prevista para el próximo 7 de abril, tal y como lo consiguió en el 2009 en comicios anticipados, tras promulgarse una nueva Constitución. Correa gobierna desde enero de 2007.
La oposición, que se ha mostrado debilitada y atomizada durante la campaña, poco o nada podría hacer para revertir el resultado adverso.
“Aquí la pregunta no es si ganará de nuevo la Presidencia, sino la mayoría absoluta legislativa de su partido Alianza País”, asegura el internacionalista Enrique Daza Gamba, quien agrega que la oposición está huérfana de líderes con carisma y que no ha logrado consolidarse como alternativa de poder.
La distancia entre la intención de voto de Correa (entre el 48% y el 60%) y sus oponentes es abismal. Su más cercano rival, el exbanquero Guillermo Lasso, solo cuenta con el 9% de apoyo electoral, seguido del expresidente Lucio Gutiérrez, con un 4%, y el izquierdista Alberto Acosta, con un 3%.
Giro radical a la política social
Sin lugar a dudas, Correa es un presidente que despierta amores y odios por su carácter temperamental e incluso soberbio frente a sus detractores, a lo que se le suma su estilo beligerante de hacer política en un país que desde hace más de 15 años no tenía un gobernante que culminara su mandato. La regla en este país han sido los gobiernos temporales y débiles.
Al respecto, el politólogo Mauricio Jaramillo Jassir destaca que desde la destitución de Abdalám Bucaram por el Congreso, en 1996, ningún presidente ecuatoriano elegido por voto popular ha terminado su mandato, salvo Correa.
Este líder de izquierda no solo lo logró, sino que superó con creces las expectativas y se alista para repetir en el cargo por cuatro años más.
Por otro lado, la relación de tensión y conflicto que libra con los medios de comunicación privados de su país también ha afectado su imagen, especialmente a nivel internacional, pero no ha hecho mella en el plano interno.
Pero muchos se preguntan si un Correa reelecto mostrará un talante más conciliador con sus adversarios.
Jaramillo Jassir subraya que la inminente victoria de Correa se explica porque el presidente hizo lo que no ha hecho ningún predecesor: “materializar un proyecto social”, que dio un giro radical a la política ecuatoriana tradicional.
Llama la atención el despliegue de obras de infraestructura que se han convertido hoy en su fortaleza y que pudo concretar gracias a la bonanza petrolera que vive Ecuador.
También logró bajar la pobreza de 36,7% a 28,6% entre 2007 y 2011, mientras el salario mínimo mensual subió de US$105 a US$144, según datos del Banco Mundial.
“Correa ha tomado medidas económicas que van en contravía de la ortodoxia de los gobiernos de la región”, opina el internacionalista Daza Gamba, quien señala que más allá del mérito personal, “él interpreta las necesidades económicas de su país, con una posición independiente y autónoma”.
Además, para cimentar su base social y de poder, ha entregado un subsidio (50 dólares) a dos millones de ecuatorianos pobres.
Esto se traduce en “un gobierno que tiene mayor sensibilidad frente a las necesidades de la gente”, describe Daza Gamba, quien es secretario de la Alianza Social Continental, un movimiento integrado por organizaciones sociales del continente americano.
“Correa hizo que parte de la renta petrolera se invirtiera al área social. Antes una parte de esta renta se pagaba a la deuda externa por ley. Eso tiene un impacto social positivo”, apunta Jaramillo Jassir, profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario de Bogotá.
Sin embargo, en Ecuador no hay nada escrito. De hecho, algunos analistas coinciden que en manos de los indecisos, cerca del 30% del electorado, está la garantía del triunfo de Correa en la primera vuelta o en su defecto, deparar otras sorpresas.
Relación más blindada con Colombia
En caso de una victoria mañana en las urnas del presidente Rafael Correa, el curso de las relaciones diplomáticas con Colombia se mantendrá en el mismo nivel de estabilidad que ha gozado con el gobierno de Juan Manuel Santos, a diferencia de su antecesor, Álvaro Uribe, que llevó a ruptura de estas durante 20 meses, por el bombardeo a un campamento de las Farc en suelo ecuatoriano, opina el internacionalista Enrique Daza Gamba.
Como se recordará, ambos países sufrieron una fuerte crisis, que llevó a la ruptura de relaciones, a raíz de un ataque contra una base clandestina de la guerrilla en territorio fronterizo ecuatoriano, que terminó con la muerte del cabecilla de las Farc ‘Raul Reyes’, en marzo de 2008.
Sin bien las relaciones conservarán la dinámica actual, el gran tema sobre el mesa será el papel de Correa en la Comunidad Andina de Naciones, CAN, sobre el cual no se han dado avances, sostiene el experto consultado. Y agrega: “Ecuador ha tomado medidas para proteger su mercado interno; mientras Santos quiere exportar, Correa no, pues él está más interesado en su integración con la Unasur y la Alba”, organismos con los cuales comparte una ideología política de corte izquierdista.
“La dinámica fronteriza es muy fuerte, ni siquiera en los momentos difíciles entre los presidentes Rafael Correa y Álvaro Uribe se afectó el comercio binacional… la relación está más blindada frente a los embates ideológicos de los gobernantes”, se refiere el politólogo Mauricio Jaramillo Jassir, quien anticipa que no habrá un cambio drástico en las relaciones diplomáticas.