Para los enfermos en Santander no hay suficientes camas
Este fin de semana que pasó no había ninguna cama para pacientes de vigilancia intensiva o reanimación libre en los hospitales públicos de la ciudad. Y aunque en los centros asistenciales privados sí había una que otra libre, el asunto llegó a ser lo suficientemente grave como para que la Defensoría del Pueblo hiciera, de manera formal, una denuncia pública.
¡En efecto!
Kadir Crisanto Pilonieta Díaz, titular del citado organismo, aseguró que ‘está en vilo la salud’ de los santandereanos pues, en más de una ocasión, los centros hospitalarios han tenido que denegar la asistencia de pacientes ante la falta de camas para alojarlos.
En el Área Metropolitana de Bucaramanga y en general en Santander, se tiene un gran déficit de camas para los enfermos. Y de ellas, muy pocas son de la Unidad de Cuidados Intensivos, UCI.
Lo anterior sin contar que el tema de las camas pediátricas también es, de manera literal, exageradamente grave.
Aunque es evidente que hacen falta más camas para la atención a la comunidad, aún no se tiene una cifra exacta de todas las que se requieren para cubrir la creciente demanda.
Los estudiosos del tema confirman que, en los centros asistenciales oficiales no tenemos ni siquiera el 30 % de las camas que deberíamos habilitar en la ciudad.
El indicador de camas hospitalarias muestra en todos los municipios de Santander un valor por debajo de una cama por mil habitantes.
“En mi despacho son frecuentes las denuncias y los testimonios de personas que con un familiar enfermo no lo pueden hospitalizar. La razón: no hay camas para ser atendidos”, afirma.
Esta circunstancia, según denunció el Defensor Regional del Pueblo, hace que sea frecuente el traslado de enfermos en ambulancias medicalizadas de un hospital que se ha quedado corto de camas a otro, generalmente con destino a los centros más grandes.
“Se trata de un riesgo añadido al grave pronóstico que presentan estos pacientes que han sufrido politraumatismos graves, descompensaciones diabéticas, infartados o hemorragias cerebrales, y que no pueden ser atendidos en su lugar de origen”, añadió Pilonieta Díaz.
Durante los últimos días, tanto los centros asistenciales públicos como los privados estaban en unos niveles de ocupación tales que hacían imposible el intercambio de pacientes, según aseveraron las fuentes consultadas.
“El número de camas pare enfermos graves es absolutamente deficitaria”, recalcó el Defensor del Pueblo.
“Hay unos niveles de ocupación entre el 90 % y el 95 % y cuando por cualquier circunstancia se da una acumulación de pacientes, se saturan los centros y a los pacientes no les queda de otra que ser atendidos en los pasillos”, precisó.
“El déficit viene de tiempo atrás, sobre todo para camas de mediana y alta complejidad, y también las de la UCI”.
“Es urgente que las autoridades de salud, así como los respectivos gobiernos locales, tomen cartas en el asunto y les inyecten a sus centros asistenciales una buena dosis de camas”, puntualizó.