Así viven los jóvenes NiNi en Bucaramanga: Ni estudian Ni trabajan
La familia de Miguel lo apoyó para que estudiara ingeniería de petróleos y también respaldó su decisión de quedarse en la casa, sin buscar trabajo, mientras descifraba qué quería hacer con su vida.
"No soy un bueno para nada. Tengo 23 años, fui de los mejores en mi promoción de pregrado y hago parte de la selección de futbol de mi universidad. Simplemente no quiero perder el tiempo haciendo cosas que no quiero. Sé que suena raro. Creen que si no estudio, ni trabajo lo único que hago además de dormir es mirar al techo. Pero no", afirmó a Vanguardia.com el joven bumangués.
Para Miguel no es fácil admitir que hace parte de los 580 mil 555 jóvenes entre los 15 y 25 años que no estudian, ni trabajan, según cifras presentadas en el informe ‘Perfil juvenil urbano de la inactividad y el desempleo en el país’, realizado por la Universidad del Rosario en 13 principales ciudades en Colombia, incluida Bucaramanga.
En el informe también determinaron que de esos 580 mil NiNis, solo 129 mil están buscando trabajo actualmente.
En su etapa como NiNi, Miguel es el encargado de los dos perros de su casa, de llevar y recoger a su hermano pequeño al colegio y de ayudar con las labores del hogar. "Es fácil creer que no hago nada. Pero en realidad les ayudo mucho a mis papás con cosas que ellos no pueden hacer por su trabajo. Cuando consiga trabajo o decida si voy a estudiar otra cosa, ellos también tendrán que cambiar su estilo de vida", comentó.
Miguel vive en estrato cuatro, en la casa propia de sus papás, su familia tiene dos carros y su hermano menor estudia en colegio privado. Él sabe que es afortunado y que no todos los NiNi del país tienen sus mismas comodidades.
"Si alguno de mis papás quiere renunciar o se queda sin trabajo tendría que buscar cómo traer esos ingresos y ahí si me tocaría trabajar en lo que no quiero. Eso no les pasa a personas que viven en barrios populares. Ellos tienen que salir a rebuscarse lo de la comida o vivir con la carga de ser el vago de la familia. Gracias a Dios a mí no me toca ese ambiente", explicó Miguel.
No todos los NiNi son iguales
Diana Carolina Ruiz tampoco estudia ni trabaja, como Miguel. Pero a diferencia de él, Carolina se queda en la casa cuidando a su hijo de dos años.
Ruiz y su bebé viven en una casa en arriendo ubicada en el barrio María Paz, al Norte de Bucaramanga. El arriendo de la casa lo pagan sus suegros, quienes también habitan en la vivienda de dos habitaciones junto con su hijo mayor y el papá del bebé.
"Es feo. Porque si no hubiera quedado embarazada todavía viviría en la casa de mi mamá. Acá estoy de arrimada, mientras el niño tiene edad para meterlo en una guardería y yo pueda buscar trabajo", comentó la joven santandereana.
Diana Carolina tiene 17 años y solo alcanzó a terminar décimo bachillerato. No terminó el colegio porque quedó embarazada y no ha podido trabajar porque no está en edad legal para hacerlo. Ella es la otra cara de los NiNis, aquellos que no quieren estar sin estudiar ni trabajar pero no tienen de otra.
De acuerdo con el informe de la Universidad del Rosario, de las 369 mil mujeres NiNis del país, 245 mil se dedican a las labores del hogar, mientras que solo 14 mil hombres se dedican a la misma labor. Además, el estudio registró que 292 mil mujeres que ni estudian ni trabajan viven en estratos bajos, en cambio el número de hombres NiNi que viven en el mismo nivel socioeconómico es 150 mil.
Al respecto el investigador del estudio y profesor de la facultad de economía de la Universidad del Rosario, Juan Carlos Guataqui, aseguró a Vanguardia.com que no todos los NiNi son iguales y que estas diferencias realzan los sesgos de género y de estrato.
"Por ejemplo, las mujeres entre 15 y 24 se dedican más los oficios de mujeres de más de 25 años que a los de su contraparte de la misma edad. Los hombres no cuidan ni a niños ni ancianos. Son las mujeres, a partir de los 17 de años de edad, el sexo que representa un mayor y crecienteporcentaje del total de NiNis. La problemática, a largo plazo, es que para las mujeres jóvenes, la circunstancia de la marginación educativa y la inactividad laboral se juntan con una temprana maternidad, marginando temporalmente a estas mujeres de sus perspectivas laborales", explicó el profesor.
En el caso de Ruiz, sus papás la echaron de la casa cuando se enteraron de su embarazo. Y aunque ella asegura que no quería tener un bebé tan joven, sus planes cambiaron y sus posibilidades de un futuro mejor se redujeron. "No sé en qué me vaya a desempeñar cuando ya pueda llevar al niño a una guardería. Me tocará de empleada del servicio o algo parecido, porque no creo que me contraten de secretaria", aseguró Diana.
Esta joven bumanguesa que quería trabajar en algún salón de belleza, hace parte del cruel panorama que le espera a Colombia en menos de dos años, de acuerdo con el estudio. Jóvenes en edad productiva que no tienen ni conocimientos ni experiencia para conseguir mejores trabajos.
La alarma que debe encenderse
Según los investigadores de la Universidad del Rosario, el número de NiNis en las 13 principales ciudades de Colombia es bastante elevando y resulta preocupantemente.
"La gente mira los resultados de la investigación como si fuera una foto. Pero no piensan en el problema que tiene el país con esas personas que no estudian ni trabajan. Si alguien no estudia, no va a aprender más ni obtendrá los conocimientos necesarios para crecer laboralmente. Si una persona no trabaja no está generando ingresos ni está obteniendo experiencia, lo que a la larga significa que no podrá conseguir un buen empleo", explicó Juan Carlos Guataqui.
Este panorama genera lo que los especialistas llaman una 'trampa de pobreza', un mecanismo auto mantenido que provoca que la pobreza persista y, en la mayoría de los casos, incremente.
"Esa gente que en este momento es pobre y no estudia ni trabaja es, lastimosamente, un problema a futuro para el Estado. Si el Gobierno no hace nada, ellos van a seguir siendo pobres y así sucesivamente en una cadena de pobreza que va a aumentando", enfatizó el docente.
*Vanguardia.com cambió los nombres a petición de la fuente.