Dueños de restaurantes y papelerías, tenderos, hoteleros, ferreteros, peleteros y comerciantes formales en general de Bucaramanga manifestaron su inconformismo por la propuesta de la Alcaldía de habilitar áreas especiales para que los vendedores ambulantes ofrezcan sus mercancías.
Criticaron “la excesiva permisividad que ha tenido la presente administración local con la informalidad”.
El malestar surgió tras el anuncio hecho por la Alcaldía de Bucaramanga de estudiar la posibilidad de destinar áreas específicas de la ciudad, tal y como ha ocurrido con el ‘Mercadillo Campesino’, para permitirles a los vendedores ambulantes ofrecer sus mercancías durante diferentes temporadas del año.
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El primer permiso que se visualizaría es el de el expendio de los útiles escolares, tras el inicio del año lectivo 2018.
“El espacio público es de todos los ciudadanos y por ende no debe ser usufructuado por ningún particular, ya sea formal o informal”, aseguraron.
A juicio de ellos, “los formales nos vemos afectados económicamente, toda vez que los estacionarios no pagan impuestos y sí utilizan el espacio público para comercializar sus productos y, de paso, se llevan nuestra clientela”.
“No se puede permitir la invasión el espacio público. Este ha sido un tema muy delicado que viene tomando fuerza desde 2017. Vemos que desde noviembre pasado, cuando empezó la usurpación de las ventas navideñas, hasta la fecha no se ha tomado ninguna medida”, recordaron.
“Lógicamente se ha afectado la economía de nuestros locales al tener más mil vendedores estacionarios en el Centro de la ciudad”, manifestó Reynaldo Aceros, dueño de uno de los negocios de la Comuna 15.
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