Bucaramanga
Fotografían un meteoro cruzando el cielo del Cañón del Chicamocha en Santander
Élver Rodríguez, reportero gráfico de Vanguardia Liberal, se dio a la tarea de fotografiar la lluvia de meteoros perseidas el pasado fin de semana desde el majestuoso Cañón del Chicamocha, Santander.
A la distancia del ruido y la luz de los grandes edificios de Bucaramanga, Élver capturó el momento exacto en que la estela de luz atravesaba el cielo en Santander en la madrugada del sábado 11 de agosto.
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Desde las 11:00 p.m. se pudo observar los meteoros atravesando el cielo nocturno. "Se podía ver cada tres o cinco minutos un meteoro. Fue espectacular. Las estrellas salían de todas partes y era difícil saber de qué punto en el cielo saldría la siguiente para estar preparado", aseguró el reportero gráfico.
Obturó su cámara más de un centenar de veces en la búsqueda de la perfecta imagen. Por eso, luego de dos horas y media pasó el meteoro perfecto.
"Para fotografiar la lluvia de meteoros hay que estar muy atento. Los meteoros pasan muy rápido y en cualquier momento pueden desaparecer". Con un tiempo de exposición de 30 segundos, solo una de las fotografías habría capturado la estela de luz satisfactoriamente.
Élver Rodríguez aclara que a pesar de estar retirado de Bucaramanga, el Cañón del Chicamocha recibe contaminación lumínica de la ciudad. Las nubosidades amarrillas de las fotos evidencian la cantidad de luz que llega desde el área metropolitana.
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Los meteoros perseidas
Desde la constelación de Perseo, los meteoros perseidas son uno de los espectáculos naturales que ofrece el universo.
Todos los años, durante agosto el planeta tierra cruza a través de los granos de polvo que deja el cometa Swift-Tuttle cuando va su giro alrededor del sol.
Los meteoros son en esencia, todo el material que desprende el cometa. Este material al entrar en la atmósfera se consume en ella y produce un rayo de luz que rápidamente se desvanece en el cielo.
También conocidos como Lágrimas de San Lorenzo, los meteoros pueden ser vistos desde lugares altos y alejados de contaminación lumínica, como el Páramo de Berlín en Santander.
Jonatthan Pisco, investigador del Grupo Halley de la Universidad Industrial de Santander, UIS, comenta que "allí las condiciones climatológicas y lumínicas permiten observar la lluvia de meteoros fácilmente, sin embargo, lo necesario para ver las estrellas es hacerse de mucha paciencia y concentración de lo que sucede en la bóveda celeste".