La Navidad es paz, amor y mucho dulce en Floridablanca. Así lo ratificó el empresario Cristian Jiménez, al elaborar un gigantesco pesebre con arequipe y otros productos utilizados para la panadería y repostería. El nacimiento mide ocho metros de largo por 1,80 metros de ancho. Además de inmenso, es sabroso.
No es la primera vez que una creación como estas se expone al público, ya son seis años que transcurren desde que le surgió esta idea dulce idea. Es una tradición en este municipio del área metropolitana, que durante época decembrina recibe a miles de turistas.
Las personas que deseen ir a visitarlo solo deben dirigirse a la carrera 7 N° 4-51 del Casco Antiguo de Floridablanca, entre 9:00 a.m. y 10:30 p.m. Nadie tiene que pagar para acceder a la zona, solo debe llevar muchas ganas de disfrutar y por qué no, de probar.
Para su realización, según Jiménez, se utilizó cortado de leche, dulce de cidra, dulce de arroz, merengón, conos de helado, obleas, dulce de apio, arequipe tradicional, arequipe de café, masapán (leche en polvo, azúcar pulveriza y lechera), y colores vegetales para panadería.
Se contó con la participación de al menos 10 personas, entre las que se destaca una menor de cinco años. La mayoría son miembros de la misma familia y empleados de la empresa Tentaciones, Dulces y Obleas, localizada también en Floridablanca.
“Con la familia nos esforzamos mucho por este proyecto. Este año decidimos que la temática fuera Moscú, especialmente lo que es la Plaza Roja. Por supuesto, se puede comer porque si no, no se disfrutaría”, precisó Jiménez.
Quien recalcó que para él esto es una manera de estrechar lazos de fraternidad.
En las noches, la novena de aguinaldos se reza allí. Los niños que asistan son apuntados en una base de datos y al finalizar se les entregará un obsequio que hace parte de las donaciones que hacen algunos vecinos y empresarios.
“El año pasado logramos entregar 700 regalos a niños, sin importar su condición social. Aquí el que llegue con un regalo, recibe a cambio una oblea”, acotó Jiménez.
ASÍ NACIÓ
El pesebre dulce surgió en una época difícil para Cristian Jiménez y su familia.
Este reconocido empresario florideño recuerda que cuando llegaron a un evento, donde le abrieron el espacio para vender los productos, no tenía el dinero suficiente para pagar el puesto donde estarían, así que se le ocurrió hacer un pesebre, sin tener idea de cómo podían empezar. El objetivo era negociar su quedada allí.
Sin embargo, las cosas no salieron bien. “Sin recursos, sin dinero, sin plata, prestando al paga diario, mejor dicho endeudado hasta el alma hicimos ese pesebre. Cuando fuimos a presentarlo nos dijeron que nos lo lleváramos todo porque ya no teníamos cupo”, relató.
Lo ofrecieron por todos lados y a nadie le pareció buena idea, así que lo dejaron en el andén, al lado de la empresa y, desde entonces, ha sido el lugar del único pesebre dulce que se puede encontrar en el mundo. Se ha convertido en uno de los atractivos de la ciudad, durante la temporada.