Hombre que perdió su cédula, pasó 9 meses en la cárcel por un error
El conductor fue capturado en mayo de 2017 en Cúcuta, en ese entonces estaba siendo pedido por el Gobierno de Brasil por ser "el líder de una banda criminal que operaba en ese país y en Europa por tráfico de estupefacientes".
Lo que en su momento fue para Bravo Plazas una simple pérdida de un documento de identificación, se estaba convirtiendo en su peor pesadilla, para él y su familia.
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“Mucha tristeza le genera uno, cosas de la vida que uno nunca pensó que le ocurrirían, daños psicológicos a mí, a mi familia, a mi hija, a mi esposa… se desilusiona mucho del país donde uno nació y de donde es” dijo Bravo Plazas.
Desde el momento de su captura hasta que fue ingresado a la cárcel la Picota, Bravo Plazas negó ser quien ellos estaban buscando y aclaró “Dicen que yo estoy entre los siete más buscados del mundo. Yo he sido una persona que siempre ha trabajado, nunca había salido del país, nunca había montado en un avión”.
Nueve meses después de aquel incidente que cambió radicalmente su vida y causó traumas psicológicos tanto a él como a su esposa, hija y familia, fue dejado en libertad, tras corroborar que la identificación del capturado no era la misma de la persona que pedían de extradición en Brasil.
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¿Qué pasó?
El conductor fue objeto de suplantación de identidad por un pasaporte que fue expedido en Medellín con información de él, que si bien el documento es legítimo, contiene información falsa. Por eso los interrogantes que surgen son alrededor del Ministerio de Relaciones Exteriores que expidieron el documento.
La Corte ha pedido que se adelanten investigaciones penales y disciplinarias para identificar a la persona que suplantó a el conductor Fray Bravo Plazas y dar con los funcionarios que intervinieron en la expedición del pasaporte.
Por su parte, el abogado del Fray Mauricio dijo que se tomarán acciones legales que permitan retribuir los daños causados al implicado y todo el tiempo que permaneció en la cárcel privado de la libertad por un error.
Después de nueve meses en una cárcel, pagando los delitos de alguien que cometió fechorías haciéndose pasar por él, el conductor recuperó su libertad para disfrutar nuevamente de su familia y retomar su vida.