El Atlético Bucaramanga empató con Junior, pero está en zona de descenso
Cuando los seguidores de Junior de Barranquilla festejaban lo que sería un triunfo que prácticamente los clasificaba a los cuartos de final de la Liga Águila, el cancerbero Andrés Mosquera Marmolejo, como en el cuadrangular del ascenso en 2015, se colocó el traje de héroe para silenciar al estadio Metropolitano de Barranquilla.
El portero vallecaucano no perdió de vista el balón, miró fijamente a la ‘fiera’ que pretendía robarle el botín a su manada y se abalanzó con los reflejos del ‘leopardo’ para ahogar el grito de gol de Vladimir Hernández, quien desde los ‘12 pasos’ no pudo cortar una racha de cinco juegos de Junior de Barranquilla sin ganar.
Justo e importante empate de la escuadra orientada por José Manuel Rodríguez, que empezó con muchas dudas y llegó a estar contra las cuerdas, pero que reaccionó y demostró que tiene argumentos para plantarle cara a cualquier rival, tal y como lo hizo en sus recientes enfrentamientos contra los equipos grandes: Cali, Millonarios y Junior.
Sin embargo, el empate tiene sabor amargo, sobre todo, porque Jaguares ganó 1-0 en Pasto y dejó al club ‘amarillo’ en zona de descenso directo.
Los ‘curramberos’, hambrientos de triunfo, sometieron en el comienzo al Atlético y sobre el minuto 13 ya ganaban 1-0, con un ‘misil’ de James Sánchez.
Todo era carnaval en el Metropolitano, pues el conjunto ‘rojiblanco’ era amo y señor del duelo; no obstante, Aníbal Mosquera se rebeló al poderío local y a ‘pura gambeta’ incursionó en el área hasta ser derribado. El juez sancionó el penalti y Mauro Guevgeozián lo transformó en gol.
Transcurrían 27 minutos y, a partir del tanto búcaro, la historia del enfrentamiento cambió.
El ‘leopardo’ intercambió golpe por golpe, pero ninguno de los oponentes llegó al nocaut.
Para la segunda parte, el ‘onceno’ más tradicional de la región le cedió la pelota al rival, se resguardó en su terreno y contraatacó.
De esta forma generó varias ocasiones de gol; sin embargo, Maicol Balanta (el más incisivo en ataque), Víctor Salazar y Marcos Aguirre no estuvieron claros para desequilibrar el marcador.
Sobre los minutos finales, el ‘tiburón’ dejó la piel en la cancha para buscar la victoria, pero no encontró la llave del gol, ni siquiera en los pies de su goleador, Vladimir Hernández, quien en el tiempo de adición falló un penalti, que transformó en figura a Marmolejo.