Francia
Rigoberto Urán, un subcampeón con mucha casta
Rigoberto Urán llegó practicamente en silencio al Tour de Francia, sin hacer mucha bulla. Nadie lo tenía en la baraja de favoritos, al punto que ni opciones le daban de quedar siquiera en el el ‘Top -10’ de la ronda gala. La gran carta colombiana era Nairo Quintana, que venía de ser segundo en el Giro de Italia.
Pero así y todo, terminó siendo la gran sorpresa de la ‘Grande Boucle’, y no solo porque le dio al ciclismo colombiano el quinto podio en la historia de la máxima carrera por etapas del mundo, sino porque reapareció en la élite del ciclismo orbital en su mejor versión y mostrándole a más de uno que no estaba acabado.
Urán, que desde diciembre de 2016 empezó a preparar el Tour como quien se alista para ir a la guerra y con el apoyo del staff técnico del Cannondale - Drapac, se proyectó una temporada enfocada en la ronda gala y en algunas clásicas.
Teniendo en cuenta ese enfoque, Urán corrió poco y sin exigirse al máximo para no llegar sobreentrenado o cansado, también bajó de peso para aumentar su eficiencia en la montaña, ¡ahh!, y se peluqueó para cambiar el look y lucir bien en las fotos del podio en París.
Lea también: "Estar en el podio en el Tour es un gran sueño para mi": Urán
El más regular del Tour
“Nuestro objetivo es el de ganar una etapa y estar entre los cinco primeros”, indicó el pedalista de Urrao tras el segundo día de descanso en el Tour.
Sin embargo, el entrenamiento y preparación fue tan buena que con el pasar de las etapas Rigoberto fue subiendo en la general, hasta ubicarse en la casilla 11 tras la primera jornada de gran montaña que ganó el italiano Fabio Aru en La Planche des Belles Filles.
Después se impuso en la etapa reina del Tour, la que llegó a Chambéry, tras sobrepasar siete premios de montaña, y se acomodó cuarto en la general a 55’’ del líder, el británico Christopher Froome.
Y de ahí en adelante no solo se mantuvo al lado de los mejores, sino que se metió de lleno en la pelea por el podio y por el título del Tour de Francia, pues pese a haber terminado segundo en la general, fue el más regular de los que disputaron la competencia, pues sólo perdió tiempo con Froome en los dos tramos contrarreloj que tuvo la carrera, cedió 51’’ en la primera que se disputó en Düsseldorf, mientras que en la segunda, en Marsella, perdió 25’’ más, en total fueron 76’’ o mejor, 1’:16’’.
A lo anterior hay que agregar que Urán, además de su condición física, hizo gala de una gran inteligencia, supo leer la carrera y a sus rivales, lo que le permitió estar vigilante y atento a hombres como Romain Bardet, Christopher Froome y Fabio Aru, principalmente.
Más de uno se quedó esperando que atacara, pero Urán jugó sus cartas muy bien, porque sin ir a la ofensiva, siempre supo qué rueda tenía que seguir y recurrió a su potencia, no sólo para ganar una etapa, sino para sumar segundos valiosos en los embalajes que disputó con sus inmediatos rivales.
Todo eso le permitió a Rigoberto Urán convertirse en el tercer colombiano en subir al podio de un Tour de Francia, tras Fabio Parra (1988) y Nairo Quintana (2013, 2015 y 2016), y ser el octavo pedalista nacional en ubicarse en el ‘Top - 10’ de la ‘Grande Boucle’, al que alcanzaron en el pasado Luis Herrera (1985, 1987 y 1988), Fabio Parra (1985, 1987 y 1988), Álvaro Mejía (1993), Hernán Buenahora (1995), Santiago Botero (2000, 2001 y 2002), Mauricio Soler (2007) y Nairo Quintana (2013, 2015 y 2016).
De esta manera Rigoberto Urán vuelve a decir presente en la élite de la máxima categoría del ciclismo mundial, despertando de un letargo tras sus subtítulos en el Giro de Italia de 2013 y 2014, y de su último triunfo en el World Tour en el 2015 en el Gran Premio de Quebec.
Y mejoró notablemente sus participaciones previas en el Tour de Francia, en el que ya había participado en tres oportunidades. Debutó en 2009 y terminó en el puesto 59, volvió en 2011 y se ubicó en la casilla 24, mientras que en 2015 ocupó el puesto 42.
“Estoy muy contento de ser segundo. Cualquier ciclista sueña con estar en el podio del Tour de Francia”, indicó Urán.
Y agregó que “este es mi cuarto Tour y acabarlo en el podio me da mucha felicidad. Venía bastante bien, tenía buenas esperanzas, pero no podía estar seguro de acabar en el podio porque el Tour es difícil”.
Los premios
Terminado el Tour de Francia, Rigoberto Urán obtuvo un premio en efectivo de 222.000 euros, ganancias que se reparte entre los integrantes del equipo Cannondale.
El mayor premio lo obtuvo con su segundo puesto en la general, que le dio unos dividendos de 200.000 euros, frente a los 500.000 del campeón, Christopher Froome, y los 100.000 del tercero, Romain Bardet.
A eso hay que sumar los 11.000 euros que se llevó por su victoria en la novena etapa, con final en Chambéry.
Urán fue dos veces segundo de etapa, ganando en cada ocasión 5.500 euros.
Nairo Quintana y Darwin Atapuma, que fueron segundos en dos etapas, también recibieron un premio de 5.500 euros cada uno.
¿Al club de los 5?
Luego de lograr su cuarto título del Tour de Francia, el británito Christopher Froome quedó a un paso de entrar en la lista de los ciclistas que han ganado la ‘Grande Boucle’ en cinco ocasiones.
Froome, que ganó la ronda francesa en 2013, 2015, 2016 y 2017, tras disputar la Vuelta a España en agosto próximo, seguramente empezará su preparación para lograr su quito título del Tour de Francia e igualar la gesta realizada en el pasado por Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin.
El francés Anquetil fue el primer ciclista en llegar a cinco coronas en el Tour, los cuales ganó en 1957, 1961, 1962, 1963 y 1964.
Después fue el belga Merckx quien igualó ese listón en 1969, 1970, 1971, 1972 y 1974. Luego fue el turno para otro francés, Hinault, quien los consiguió en 1978, 1979, 1981, 1982 y 1985, y el último en alcanzar esta hazaña fue el español Induráin, quien además ha sido el único en ganarlos de manera consecutiva, 1991, 1992, 1993, 1994 y 1995.
Ahora la pregunta es: ¿podrá Christopher Froome igualar esa récord?.
Mi mayor desafío
Christopher Froome, que ganó su cuarto Tour de Francia, aseguró que fue “su mayor desafío” porque “el rendimiento de los rivales” le obligaron a “dar un gran nivel”. “Este tour ha sido mi mayor desafío. El rendimiento de mis rivales me han llevado a un gran nivel. Agradezco el espíritu de deportividad, hemos corrido los unos contra los otros, hemos sufrido juntos, pero la camaradería en el pelotón hacen grande el Tour”, aseguró en discurso leído desde el podium de los Campos Elíseos. “Estoy orgulloso. Cada Tour es un capítulo de la historia. No olvidaré lo que significa vestir el amarillo, ni el privilegio de estar en los Campos Elíseos como ganador”, recalcó.