Dólar aprieta las cuentas de empresarios y consumidores
Tras más de seis meses con una cotización del dólar que rompió la barrera de los $2.000, los empresarios santandereanos ya están con calculadora en mano, previendo ajustes tanto internos en las empresas como externos, es decir, se traspasó la barrera donde los costos también se metieron al bolsillo de los consumidores.
Los precios que se prevé se incrementarán por el efecto dólar o que ya lo hicieron como el pollo, huevo, pan, maíz y arroz, están dando de qué hablar hasta en los estratos más bajos, los más sensibles a las variaciones del costo de vida.
De hecho, la devaluación está tocando la estructura de las empresas locales que están sacando todo su arsenal para hacerle frente a este ventarrón.
El gerente de ESSI Colombia, Mauricio Briñez, una empresa santandereana que exporta tecnología de empacadoras de productos al vacío, no canta victoria pese a que el 60% de sus clientes están en el exterior.
“Sobre los contratos que hicimos a futuro definimos una tasa de cambio que nos diera la tranquilidad de que el costo se mantenga con una tasa estable. Estamos haciendo muchos esfuerzos en innovación y diseño, desafiando la producción para que podamos hacer sustitución de productos importados por producción local con el apoyo de Colciencias para minimizar el impacto frente al tema de tipo de cambio. Nuestro desafío es llegar a depender lo mínimo de las importaciones”, indicó el ingeniero que sostiene 250 empleos directos en la ciudad, con una fuerza de ventas que se extiende a México, Ecuador y El Salvador.
El empresario añadió que este escenario hace que el endeudamiento sea caro y riesgoso ya que “el costo de la deuda en Colombia sigue siendo muy alto y eso genera un costo financiero importante, seguimos teniendo una gran dificultad para poder ser una fuente de financiación para la compañía, esta tiene que equilibrarse en los países donde se está compitiendo”, dijo.
Cambio de rutinas
Si para los exportadores la dicha no es completa por depender también de insumos extranjeros, para los importadores el trago es más amargo.
“Para los grandes importadores el impacto es menor que para los pequeños, ya que las compras se hacen cada mes mientras que para las compañías con mayor tamaño de importaciones se pueden hacer casi que a seis meses. El impacto en las ventas no ha sido notorio pero sí se está haciendo un ajuste de precios con cotizaciones que se sostienen a ocho días máximo porque a un mes son bastante riesgosas”, indicó Julián Ardila, coordinador de importaciones de La Muela, compañía distribuidora de productos odontológicos en la ciudad.
Pese al panorama, el experto en comercio exterior reconoce que los clientes se están sensibilizando respecto a este escenario y las compañías también están utilizando con más frecuencia instrumentos como ‘Fordwards’ con los que pueden pactar con los bancos una tasa fija de cambio en el futuro.
Para otros empresarios consultados, el escenario es complejo si se trata de licitaciones, ya que se hace una oferta económica pero la demora en las asignaciones hace que se asuma un riesgo difícil de prever.
“Hay algunas empresas que por las variaciones del dólar están cotizando en dólares, pero comercialmente no es muy recomendable ya que hay incertidumbre respecto a cuándo hacer las compras”, añadió Ardila.
Para el subdirector del Dane, Diego Silva, hay que estar muy pendientes de las empresas o productos con un alto componente de productos importados o sectores con un encadenamiento productivo muy dependiente. Sin embargo, añade que respecto la moneda norteamericana, ha dejado de aumentar de manera tan acelerada durante los últimos días.
Costo al consumidor
Aunque para el gremio de los comerciantes el fortalecimiento del dólar no es alarmante respecto a la inflación, sí es preocupante una desaceleración económica.
“Estamos hablando ya de un dólar de $2.480 y no de $2.650 que fue el nivel al que alcanzó a estar, entonces ya se ve como aplacada la devaluación. Al comercio le interesa que el dólar valga lo menos posible”, indicó el presidente de Fenalco, Guillermo Botero Nieto.
Canasta familiar también sube
Si algo pesa en la economía santandereana es el maíz. El 25% de la producción de huevo y pollo en Colombia se despacha desde esta región, con el ingrediente de que el maíz que usa la industria avícola como alimento para las aves es importado. Con este balance en las cuentas, el sector aseguró que a partir del segundo semestre se incrementaría en un 10% el precio a los consumidores.
Lo mismo están haciendo algunas de las principales panaderías de tradición, que ya hicieron ajustes sobre el 10% del valor de los productos finales.
En el ramo de frutas, verduras y granos, el plano no es distinto. Sin embargo, la oferta económica prima por encima de los costos al productor.
“Depende de la oferta y la demanda, no se puede prever a futuro pero sí se presentaron incrementos importantes en arroz e igualmente algunos artículos importados como lentejas, garbanzos, manzanas, peras uvas y granos”, dijo el director de Mercadeo de Centroabastos, Alfonso Peñaloza.