Generar valor, la alternativa de los palmeros del país
La cadena palmera del país debe entender que no se puede quedar solo en producir los frutos y el aceite crudo. Debe dar un paso más adelante y montarse en esquemas de valor agregado.
Es decir, entrar a la transformación, pues es allí donde el negocio se puede sostener económicamente.
De acuerdo con Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, estas cadenas agroalimentarias se han venido transformando en Colombia y en el mundo, en procura de un beneficio integral.
El directivo palmero, quién participó en la reunión gremial de la zona central que se celebró ayer en el Club Campestre, estimó que, por ejemplo, una salida es entrar de lleno a la oleoquímica.
“El país ha dado unos pasos importantes dándole viabilidad inicial al biodiesel, pero hay una gama de productos que nos toca entender y ver cómo podemos participar en esa línea de negocios”, agregó.
Mesa Dishington expresó que para poder lograr ese paso, la organización de los productores es sustancial.
En su concepto, Colombia es un país de pequeños y medianos productores y la única manera de poderse mover en esa dirección eficientemente y con viabilidad económica es con el establecimiento de modelos ya sea cooperativos, asociativos o empresariales.
Certificación, sí o sí
Frente a la futura baja del precio del fruto (producto de la medida del Gobierno de colocar cero arancel a las importaciones de aceites vegetales), el director ejecutivo de Fedepalma dijo que la única herramienta que tienen los productores para poder afrontar esa situación es la productividad.
“La productividad es la palanca más fuerte que se tiene para defender el negocio, ya que permite enfrentar muchas batallas y viscisitudes. Sin ella, no hay fuerza para nada”, agregó.
A lo anterior se suma, según Mesa Dishington, “propender (lo hemos venido insistiendo desde hace 12 años y cobra mucho valor en el mercado internacional) por la certificación de sostenibilidad. Hay que certificar los cultivos para que el aceite y nuestra fruta la compren o enfrentaremos situaciones muy delicadas e incluso peores a las que se atraviesan hoy”, agregó.
Finalmente, al referirse a la pudrición de Cogollo, PC, enfermedad que ya afectó 30 mil hectáreas en Puerto Wilches y Cantagallo (sur de Bolívar), el directivo de Fedepalma expresó que las políticas estatales para la erradicación y renovación no son las apropiadas ante la magnitud de ese problema fitosanitario, estimado como el más delicado que se afronta en el país agrícola.
Palmicultura en Santander
De acuerdo con los datos de Fedepalma, en Santander, al cierre de 2015, se tenían 72.575 hectáreas, es decir, el 16% del área sembrada en Colombia. Este cultivo en el departamento generó el año anterior 9.072 empleos directos y 13.608 indirectos.
En cuanto a la producción de fruto, en 2015 llegó a 815.000 toneladas, las cuales proporcionaron 173.364 toneladas de aceite crudo de palma. Frente a 2014, se tuvo un incremento de 13% en fruto y aceite. La producción de almendra creció 9%.