Desbalance financiero afectaría la generación de energía
El gremio de generadoras de energía en Colombia, Acolgen, reconoce que tras el anterior fenómeno de El Niño que llevó a las empresas a generar electricidad con pérdidas y sobrecostos por encima de los $300 mil millones, (rubro que pagaron solo en impuestos), las falencias del sector no son solo responsabilidad de las compañías, sino del Gobierno Nacional.
Ángela Patricia Montoya Holguín, presidenta del gremio, habló con Vanguardia Liberal para dar un panorama de cómo está el sistema actualmente e hizo un llamado nuevamente al Gobierno para que se ajusten urgentemente aspectos fundamentales para la generación en Colombia como lo es el precio de escasez, que será definitivo para el desarrollo del sector a futuro, especialmente porque el gremio plantea una reconfiguración de la matriz de generación energética en el país, que hoy es principalmente hidráulica.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Si el fenómeno de El Niño vuelve, ¿aún persiste la amenaza de apagón en el país a futuro?
“Este fenómeno de El Niño fue atípico en el país y se presentaron varias situaciones. En el apagón del 91 el racionamiento se presentó por un déficit energético, las plantas de respaldo no funcionaron. Después se determinó que el sector debía pasar a manos de empresas particulares y privadas para garantizar la expansión de los parques de generación. En ese momento se diseñó el cargo por capacidad que después dio paso al cargo por confiabilidad, lo que permitió la expansión con cuantiosas inversiones. Sin embargo, hoy se debe revisar el precio por escasez, componente con el que se liquida el cargo por confiabilidad”.
¿Cómo se explica ese cargo por confiabilidad?
“Es un componente económico que se le remunera a las plantas por entregar lo que se denomina en el sector las Obligaciones de Energía Firme, OEF. Por ejemplo, yo me comprometo como Sogamoso a entregar 800 megavatios así tengamos cualquier eventualidad. Entonces ese cargo sirvió para hacer toda esa expansión de plantas. La única planta de este plan de expansión que aún no ha entrado es Ituango, y en total se invirtieron 10 mil millones de dólares. Eso no quiere decir que esa plata por el cargo sirvió para hacer las plantas, simplemente las apalancaron y solo las empresas empezaron a recibir el cargo por confiabilidad una vez las plantas entraron en funcionamiento, no antes”.
¿Por qué el llamado urgente a que se revise el precio de escasez?
“Cuando se dio el fenómeno de El Niño se dijo que las generadoras se habían robado los recursos del cargo por confiabilidad, pero una planta que fue Termocandelaria se declaró indisponible porque no podía generar energía a esos precios, ya que la generación hidráulica tuvo que ser reemplazada por generación de las térmicas que operaron a diésel y no con gas, lo que disparó el precio de generación por kilovatio y porque el precio de escasez nunca lo revisó la Creg, que es un precio que está regulado por una matriz que hoy no es la que opera. Entonces regulatoriamente nos quedamos con ese precio, pero se generó con un diésel que fue importado, y es con ese precio que está regulado que se liquida el cargo por confiabilidad. Las pérdidas entonces para algunas plantas fueron impensables, teniendo en cuenta que las otras generadoras tuvieron que reponer la energía que salió de Termocandelaria”.
El cargo por confiabilidad, un concepto desconocido para la mayoría de los colombianos, se volvió un tema de debate nacional, y la polémica sigue...
Gracias a que existe el cargo por confiabilidad, la demanda tuvo un techo sobre el cual no se paga, eso ya es una pérdida entre generadores y ese techo hizo que el ahorro que tuvimos como demanda fuera de $17 billones. Sin embargo, debido a que no hubo gas para las térmicas durante el fenómeno de El Niño, las plantas tuvieron que generar con diésel. Ese diésel fue importado y le costó a las generadoras $300 mil millones solo en impuestos; con el precio de escasez fijado en 2011 los generadores perdían $59 por kilovatio hora, hoy esa misma empresa generando pierde $130 por kilovatio. Si el precio por escasez sigue con estas pérdidas en esta dimensión, lo que va a pasar es que esas plantas que generaron con pérdida van a decir: prefiero entregarla y que la intervenga el Gobierno. Afortunadamente la Creg contrató hace un mes a unos expertos internacionales para hacer la revisión de cómo se va a modificar el precio de escasez.
Además de ese estrés financiero, ocasionado por ese ajuste que no se dio, ¿cómo puede tocar la tarifa a futuro de los usuarios en el país?
“No la tocará. Tras el fenómeno de El Niño las tarifas en el país han bajado luego de que tocaran techos altísimos, un día el precio en bolsa llegó a $1.900, una cosa inimaginable. Pero eso no afectó la demanda, solo fue un tema entre generadores, por eso existe el tope, un techo a partir del cual no afecta a los usuarios. Concretamente consideramos que la revisión del precio de escasez no tiene por qué afectar el precio del kilovatio final porque es un tema de ajuste financiero dentro del componente de generación”.