Insecto que ataca al café ya se encontró en Santander
Las plagas y enfermedades han rondado el café desde siempre. Muestra de lo anterior son dos fieros enemigos: la broca y la roya.
Sin embargo, ahora apareció un insecto que ataca tallo y raíces de los cafetos causándole amarillamiento a la planta.
Se constituye así una nueva plaga, la cual ya fue encontrada por parte de profesionales del Centro Nacional de Investigaciones del Café, Cenicafé, en Santander, Norte de Santander, Cesar y Boyacá.
Se trata del Plagiohammus colombiensis del orden Coleoptera, de la familia Cerambycidae, conocido como taladrador o barrenador del café.
“Los daños ocasionados consisten en túneles o galerías que hacen a lo largo de la raíz principal del cafeto o del tallo. Como consecuencia la planta de café se muere, ocasionando pérdidas de población en el cafetal”, explicó Hernando Duque, gerente Técnico de la Federación Nacional de Cafeteros, FNC.
Los daños fueron reportados en 2015 y para la clasificación de la plaga se analizaron todos los estados biológicos y se efectuó un intercambio con otros centros de investigación cafetera en el mundo.
Se trata de un escarabajo de 2,5 centímetros de longitud con antenas largas y cuerpo pardo claro con manchas amarillas.
“La larva madura es crema y alcanza una longitud de 5,5 centímetros, tiene la cabeza negra y posee fuertes mandíbulas. La larva barrena troncos y raíces principales de cafe-tales en todas las edades. Los daños se reconocen por la presencia de aserrín en la base del tallo, producto de la perforación”, agregó el investigador.
Recomendaciones
Con el fin de evitar la diseminación de la plaga en los cultivos, los investigadores de Cenicafé recomiendan identificar y marcar los árboles afectados.
Las plantas secas deben ser eliminadas, al igual que las marchitas e improductivas que tengan orificios de salida del barrenador.
Igualmente todos los árboles deben ser destruidos fuera del cultivo.
Renovación
Uno de los grandes problemas que afrontan la caficultura y cacaocultura del país es que sus cultivos se han vuelto viejos y por ende, menos productivos.
En el caso del primero, de acuerdo con las cifras del Mi-nisterio de Agricultura, entre 2010 y 2016 se han renovado un total de 664.314 hectáreas.
Las proyecciones del Minagricultura dan cuenta de que al terminar 2017 se deben haber recuperado 100 mil hectáreas, de las cuales ya están renovadas 43.537.
De acuerdo con el Minagricultura, Aurelio Iragorri Valencia, ya se asignaron $6.100 millones, a los cuales hay que adicionarles los apoyos dirigidos a incentivar la renovación que entrega la cartera agropecuaria a los caficultores por medio de una Línea Especial de Crédito, LEC, e Incentivo a la Capitalización Rural, ICR.
Según informó el funcionario, el costo del proceso de renovación está entre $8 millones y $12 millones por hectárea, dependiendo de la zona del país donde se encuentre ubicado el cultivo.