Paralizado negocio de pieles bovinas en el departamento
La piel de bovinos, un negocio que se realizaba con las grandes curtiembres del país que están situadas, principalmente, en Bogotá, Medellín y Barranquilla, está literalmente, paralizado en Santander.
Es más, las bodegas, de acuerdo a las personas que se dedican a esta actividad, están a reventar, pues ese producto no tiene salida.
De acuerdo con el representante de la comercializadora Agropieles (empresa que compra 10 mil pieles mensuales), hace dos años una piel de un ejemplar por encima de los 400 kilos se tasaba a $75.000; luego comenzaron a pagarlas a $40.000 y recientemente a $30.000.
“Lo grave del asunto es que ahora no las compran, aduciendo que no hay demanda y que el mercado se encuentra saturado”, agregó.
La pauta
Otro comercializador de pieles de bovinos, expresó que las cotizaciones del mercado externo están por el suelo, lo que ha frenado a los grandes exportadores.
“El kilo de cuero salado llegó a valer a US$0.90 en el mercado internacional y ahora, se vende a menos de US$0.20. A lo anterior hay que sumarle un factor que tampoco está jugando a favor y es el precio del dólar, que cada día va a la baja”, aseveró. El comercializador agregó que China es un gran receptor de esa materia prima, pero bajó considerablemente los pedidos; y México, otro fuerte comprador, también cerró las puertas por los problemas de aftosa que se presentaron en Colombia en septiembre de 2016, y aún no las ha abierto a pesar de que Colombia está certificada por la OIE como país libre de la enfermedad con vacunación.
Contrabando
Los grandes consumidores de piel curtida y tratada en el país son los sectores del calzado y peleteros.
Según un experto en el sector, esa actividad se ha visto afectada por las importaciones de calzado de China, lo que ha llevado a que se reduzca sustancialmente la demanda de cuero natural.
Para sobrevivir y tener un producto accesible en el mercado y que le haga contrapeso al contrabando, los productores de calzados y bolsos están trabajando con cueros sintéticos, que además, llegan de contrabando en un buen porcentaje.