Una historia en un solo cuerpo
Por lo general, cuando se menciona que se presentará un documental sobre un afamado artista, lo más normal es que se piense solamente en que se va a mostrar la razón por la que este ser humano logró trascender en el tiempo y en el espacio a través de la exposición de una serie de imágenes acerca de su don. En el caso de ‘Sara Baras, todas las voces’, este material audiovisual permite que el espectador viaje por diferentes lugares del mundo, asumiendo a este como un acompañante más de esta mujer que ha sido considerada la “revolución del flamenco”. Además, se centra también en el círculo familiar y en el grupo de profesionales de la música y de la danza que rodean a esta imponente mujer, que se ha caracterizado por tener un agudo sentido de la perfección y un talento natural para la música, quien, con solo oírla, de manera instantánea, la convierte en movimiento. Del pentagrama, las notas saltan a su cuerpo y generan esa magia que el público podrá presenciar en este largometraje.
Este material audiovisual inicia en Cádiz, el 25 de abril de 2015, mostrando la magia que se esconde tras bambalinas, los preparativos, el vestuario, la iluminación, la afinación de los instrumentos, los calentamientos previos a la gran presentación de Sara Baras y todo su equipo. “El trabajo”, del genio flamenco Paco de Lucía, se hace presente en la primera parte de este documental en que la música se fusiona con el sonido del zapateo, armónico y constante, que acompañará a cada una de las voces que se podrán oír como si fueran la banda sonora de este filme.
En otro momento, el espectador se encontrará en primera fila en uno de los templos del arte más famosos del mundo: el Teatro de los Campos Elíseos en París, lugar de fuerte tradición de la danza, en especial, de la española. En esta ciudad se rememora la inolvidable presentación de Sara Baras del 20 de diciembre de 1996, a raíz de la que se revive ante la cámara en tiempo presente de su última gira, por parte de uno de sus grandes admiradores, Francis Lepigeon, quien agrega que ella es “la artista que más veces ha actuado en el Teatro de los Campos Elíseos”.
Su alma andaluza y nómada se torna explícita en este documental. Su vigencia y su pasión por el flamenco siguen intactas como la vez primera. El nuevo destino es Ciudad de México, otro emblemático espacio que, apoyado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, cuenta con la fortuna de presentar al flamenco hecho mujer, Sara Baras, quien, en este filme, también se encarga de mostrar su rol de madre, sensible y altruista, su faceta personal e íntima, que difícilmente se puede conocer de ella en otro espacio que no sea un escenario de talla mundial.
En un momento central de este documental surge ‘La libertad’, de Camarón de la Isla, otro segmento que continúa con este extendido homenaje que Sara Baras realiza a los intérpretes del flamenco. Las grises y frías Nueva York y Tokyo se rinden ante la maestría de Sara Baras, quien representa, de manera perfecta, la descripción del artista que se menciona en el filme: “seres capaces de cambiar en la gente la forma de concebir la vida”.