Una selfie con
Sus protagonistas son Juan Pablo Salazar, el activista por los derechos de las personas con discapacidad y creador de la internacionalmente premiada campaña Remángate, contra las minas antipersona, y la actriz y modelo Natalia Durán, ampliamente conocida en Colombia por su participación en cine y televisión.
Él interpreta a Juan Pablo, quien posa de ser un activista de derechos humanos, y ella interpreta a Natalia, una atractiva estrella de la televisión. La cinta es codirigida por Juan Pablo y Álvaro Pérea, quien también tiene participación en la trama, interpretando a un director… ¡ah!, y también hay una productora que interpreta a una productora.
Esta cinta es perfecta para conocer desde otra perspectiva el proceso de paz que se adelantó en Colombia; no importa si votó por el “Sí” o por el “No”, si cree en el proceso o si lo considera una farsa; todos se sentirán aludidos y hasta molestos en algún momento, pero también tendrán la oportunidad de reírse de los unos y de los otros.
Cuando se afirma que la película también clasifica como documental, es en serio, pero para entender eso primero hay que conocer la sinopsis de la trama, que puede resumirse así:
Juan Pablo, un funcionario de rango medio de la Presidencia de Colombia quiere a toda costa levantarse a Natalia, una actriz y presentadora de televisión que está lejos de sus posibilidades, pues esta “mamacita”, cree él, no se fijaría en un tipo en silla de ruedas, a menos que le dé acceso al cubrimiento de la noticia del momento: la firma de la paz.
Pero resulta que Juan Pablo no tiene injerencia en el tema, ni siquiera está invitado al gran evento, y mucho menos podrá quedar en la foto de la posteridad junto al presidente de la república y a Timochenko. Entonces tiene que lograr no solo quedar en la foto oficial, sino “lagartearse” una “selfie” con Timochenko. Eso seguro descrestará a Natalia, quien caerá rendida a las ruedas de su silla.
Aquí es cuando entra el tema del documental, pues en medio de toda la mentira y la ficción, Natalia, Juan Pablo y Álvaro, viajaron hasta Ruanda para conocer el proceso de paz que hace veinte años iniciaron los hutus y los tutsis, y que frenó una guerra sangrienta y cruel, con la intención de aprender más de su fórmula de reconciliación.
¿La razón poderosa? Esta película es el aporte de quienes participamos en la paz, pues invitamos a la reflexión de que podemos ser rivales sin ser enemigos, porque la otra posibilidad es anular al otro, literalmente eliminarlo, como se estaba haciendo en ese conflicto sangriento en Ruanda.
Entre otros personajes están la mano negra en los tiempos de Jorge Eliécer Gaitán, el mafioso-paramilitar en los tiempos de Luis Carlos Galán, el periodista elitista con máscara de liberal en la época de Álvaro Gómez, el terrateniente, en relación con Jesús Antonio Bejarano, el militar en referencia a Carlos Pizarro, la madre y viuda con respecto a Pablo Escobar, la prejuiciosa niña bien y su opinión sobre Jaime Garzón, la guerrillera sobre el ataque al club El Nogal, y ellos mismos sobre el bombardeo al Palacio de Justicia.
La presencia de estos personajes dentro de la cinta se da en monólogos escritos a cuatro manos por Juan Pablo Salazar y Álvaro Perea, pero los actores tuvieron gran participación en la propuesta visual y en el proceso en general.