Bucaramanga
¿Cómo reacciona usted ante una situación difícil?
Siempre me despierta curiosidad ver las distintas reacciones de las personas ante un mismo problema. Suelen ser muy diversas las respuestas, a pesar de que todas tienen idénticas posibilidades de actuar.
Unas compiten, otras se acomodan a las circunstancias, muchas se resignan, algunas más huyen, no faltan las que les sacan partido a todo, mientras que hay quienes tocan fondo y sienten morir.
Debo advertir, eso sí, que casi siempre hay dos cosas que suelen determinar las salidas de cada ser humano: una es el contexto en el que se dan las cosas, y la otra es la actitud.
Es difícil lograr un sano equilibrio entre el propio interés y el ajeno; y también es normal que se dejen llevar por las más variadas y sentidas emociones.
Para algunos, que viven angustiados por los altos índice de desempleo que sacude al país, suele ser espantosa la idea de perder el empleo.
Otros ‘protagonizan’ verdaderas escenas de terror con oficios que no son de su predilección pero que, dadas las circunstancias económicas, se ven obligados a desempeñarlos.
Algunos más renuncian ante la posibilidad de vivir anclados y delimitados por un salario y se lanzan al reto del emprendimiento; mientras que una gran mayoría decide seguir con la ‘tranquilidad’ de la quincena.
Dichas ‘estrategias’ pueden llegar a ser ‘válidas’, dependiendo de las formas de pensar. Todas esas posiciones son respetables y no pretendo refutarlas.
Sin embargo, hay un estilo de ver el entorno que me aterra. Hablo de esa actitud que asumen aquellos que exageran lo que les sucede y que ven sus ‘problemas’ con una lupa que lo único que hace es ver más caótico el panorama.
Me refiero a esos hombres y esas mujeres que yo defino como: ‘vorágines’.
Son esos individuos que creen sentirse frente a una espesa selva y no son capaces de comprender que se encuentran en un sencillo bosque, el cual es posible atravesar sin mayores peligros.
¡Hay muchos que viven así!
Se sienten en medio de una aglomeración de sucesos negativos o de cosas convertidas en obstáculos, las cuales castran sus esperanzas
Ese tumulto de ideas o esas formas nefastas de ver lo que hay a sus alrededores van robusteciendo un entorno gris, sin contar que edifican barreras que les quitan la posibilidad de visualizar sus proyectos.
A esas personas no les tengo una solución precisa para salir de esos enredos, entre otras cosas porque solo ellas son las que deben decidir cómo manejar las situaciones difíciles que toquen a sus respectivas puertas.
Sin embargo, me gustarían sugerirles que opten por ser positivas y que miren la vida con una gota de esperanza; que tengan fe no solo en sus capacidades sino también en Dios; y que recuerden que siempre serán del tamaño de sus pensamientos.