Bucaramanga
El control de nuestras emociones
Hay quienes suelen ser demasiado susceptibles y todo les afecta. Les pasaba de niños y también les sucede ahora de grandes.
Cuando repartieron la entereza a esas personas no les dieron ni un gramo.
También se deprimen con facilidad, se arrebatan y hasta suspenden importantes relaciones sentimentales, pues cualquier cosa les molesta y deciden terminar. Y luego, como es natural, se arrepienten de las decisiones tomadas.
Lo grave es que ser tan vulnerables los frena, al punto de que dejan pasar grandes oportunidades.
Quiero decirles a quienes son así que hay una frase que debían adoptar y que se lee así:
“Los problemas que tenemos en la vida representan solo el 10 %, y el 90 % restante está atado a la actitud propositiva que tomemos frente a esas angustias”.
Muchos seres humanos se han hecho la vida más difícil de lo que es. Tal vez al principio no era por culpa de ellos, sino por situaciones que estuvieron fuera de su control y les causaron muchas inseguridades. El problema es que se quedan en eso y así optan por seguir el resto de sus vidas.
Es muy doloroso cuando estamos tan fuera de sí, que no nos damos cuenta del daño que nos hacemos a causa de nuestras actitudes.
Hay increíbles experiencias que a veces evitamos vivir sin justa causa y también sacamos de nuestras vidas a personas maravillosas, que además habrían hecho de nuestros días algo más bello de lo que suelen ser. Todo porque nos enfocamos solo en lo ‘malo’ y no en lo ‘bueno’.
Les recomiendo que hagan una introspección de aquellas cosas que puedan estar haciéndoles sentir tan sensibles ante situaciones de la cotidianidad. ¡Identifíquenlas, vayan hasta el fondo y entiendan por qué les afecta tanto!
Cuando lleguen a cada una de ellas, reflexionen sobre lo que conseguirían si empezaran a cambiar sus actitudes o si las transforman en emociones positivas.
Veamos un ejemplo:
¿Qué le pasa cuando va a conocer a alguien que le interesa y que podría llegar a ser su pareja?
Inmediatamente su actitud negativa le va a indicar que esa persona puede ser infiel o que quiere aprovecharse de usted.
¿Por qué mejor no canaliza sus energías pensando mejor en las situaciones bellas que vivirá con esa posible pareja?
Todos los pensamientos que proyectemos desde nuestra mente es lo que finalmente conseguiremos; y si pensamos mal, adivinen cómo nos irá.
Así que independiente de lo que seamos, usted y yo siempre decidiremos en nuestras mentes si queremos ganar o perder.
Amigos lectores: Este mismo ejemplo aplíquenlo a cada uno de los aspectos de sus vida que no estén funcionando. Verán que en todos encuentra los mismos patrones: inseguridad, falta de empatía, egoísmo... entre otros.
Si no se atreven a identificar esos ‘lunares’, a trabajarlos, a aceptar que hay un déficit en ellos y que deben eliminarlos de su vida, difícilmente verán cambios.
La mente es nuestra alma más poderosa y si se atreven a ‘darle la vuelta a la tortilla’, verán que la vida es más sencilla y linda de lo que creen.
Ánimo, fuerza y sonrían.. ¡Ustedes están para mucho más!