Bucaramanga
A propósito de ese ‘bajón anímico’
A veces usted se levanta con el estado de ánimo ‘afligido y ajado’.
Ha de saber que, en tales momentos, ese desaliento que experimenta no viene de afuera ni es generado por los demás.
Ese ‘bajonazo’, más allá de los agentes externos, lo atrae usted mismo a partir de la forma como asume su entorno. Porque, tal vez sin siquiera notarlo, se acostumbra a ver todo lo malo de lo que le sucede y, por supuesto, esa actitud hace que se mantenga acongojado.
Usted, con esas dosis de pesimismo o ese color gris que le pinta a su existencia, provoca una grave ruptura entre sus ilusiones y la realidad.
Lo peor es que en esos momentos se atiborra de ideas de fracaso que toman asiento en su diario vivir.
Y pese a que eso le arruina sujornada, no mueve ni un solo dedo para sacudirse o liberarse de la tristeza.
Nuestros viejos decían que había que acabar esas ‘arrugas’ que surgen en nuestra personalidad de la misma forma como se eliminan los pliegues indeseados de nuestro vestuario; es decir, es preciso eliminarlas, como cuando se plancha la ropa.
Hacerlo no solo lo alejará de esos bordes difíciles por los que está pasando, sino que además el calor que le imprima le permitirá verse distinto y con una imagen más esperanzadora.
No tome este texto como un regaño o algo parecido; al fin y al cabo los desencantos son muy humanos. Eso no quiere decir que se tenga que quedar atrapado en el desgano.
Debe tener especial cuidado con eso que sienta, para no dejar que el tedio eche raíces.
Cuando su estado de ánimo se vea más arrugado de lo normal, debe reflexionar y no dejar que el abatimiento lo invada más.
Tiene que dejar atrás esa actitud e impregnarse de pensamientos alentadores.
Dese la oportunidad de cambiar su estilo de vida y asuma con dignidad y valor, tanto los problemas como las nuevas cosas que se le presenten.
De su vitalidad dependerá en muy buena parte su propio éxito personal y profesional.