Una aspirina o un balazo
Sabido es que, hasta ahora, para tener acceso a un tratamiento válido o al suministro de las drogas adecuadas para recuperar al enfermo, tenÃamos la alternativa de la tutela para que fuera un juez el que obligara a las EPS a cumplir con su función. Pues bien, gracias a Uribe, ya no se podrán interponer tutelas y al médico que, conocedor del estado de salud de su paciente, formule droga o tratamiento no autorizado por el uribismo, tendrá que pagar de multa, en pesos de hoy, la bobadita de $25 millones. Es decir, ningún galeno, por sabio o buena papa que sea, recetará nada distinto a un mejoral, ¡ni que fuera bobo!
Si su enfermedad es muy grave -y una junta médico-cientÃfica lo reconoce-, antes de aprobar el tratamiento le harán un análisis costo-beneficio en el cual estudiarán si usted puede pagar los procedimientos médicos con sus cesantÃas, pensiones, con su casa, su carro, su mujer o su perra. Ahora, si después de empeñar todo lo que tiene aún no le alcanza, los servicios médicos uribistas considerarán la posibilidad de que Sarmiento Angulo le haga un crédito bancario, con los intereses acostumbrados. Después de todo esto, si la plata alcanza, lo operarán sin garantÃa de salvación y si se muere, la viuda, los huérfanos y los imbéciles que le sirvieron de fiadores pagarán de por vida su deuda, asà usted se haya ido al infierno por apoyar a este gobierno.
Lo lamento por los médicos, que con estos decretos quedarán de adorno, y me alegro por los brujos, que ganarán amplia clientela recetando a niños, jóvenes, adultos y viejos, todas las aguas, embrujos y pócimas que se les ocurran.
A los uribistas, que convencidos de la grandeza de su dios seguirán acudiendo a las prestadoras de salud para que les digan que no pueden pagar, les digo lo mismo que a mis amigos de la oposición: entre una aspirina -para arreglar un cáncer- y una bala, escojan la bala… el tratamiento es instantáneo y no causa dolor.
