Iván Basso mostró sus cartas
Basso, vencedor del Giro en el año 2006, dio un golpe de mano en la considerada etapa reina, se acercó un poco más al lÃder y, al mismo tiempo, ganó su primer envite importante al español Carlos sastre, el australiano Cadel Evans y el kazako Alexánder Vinokourov.
La victoria de Basso no fue ninguna sorpresa y pareció calcada a lo sucedido en la jornada anterior, en la que se impuso su compañero Vicenzo Nibali. Los componentes del Liquigas hicieron un simulacro de contrarreloj por equipos en la segunda parte de la etapa, la más dura.
La etapa entró en su parte más interesante, en su fase decisiva, en las primeras rampas del monte Zoncolan, la denominada pared de la presente edición del Giro, conocida como ‘la Puerta del Infierno’.
Cerca de diez kilómetros de ascensión para llegar a la meta en una carretera en la que la pendiente media es del 12,4 por ciento y, en algunos casos, las rampas llegan al 22 por ciento.
Fue una etapa que sirvió para clarificar un poco más las cosas en la última semana de la carrera y, tras lo visto, en los dos primeros envites serios de montaña el Liquigas, con Basso al frente, dejó claro que se encuentra por encima de sus rivales, aunque de momento no tiene la camiseta rosa de lÃder que luce el español David Arroyo.
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