La posible recesión
A la merma en la dinámica de la construcción se ha sumado la menor movilización de carga por carreteras y la disminución en pedidos de materias primas para producción industrial, señales todas de una posible caÃda en el ciclo económico colombiano. Causas, como suele acontecer para la generación de un efecto, máxime en uno de la naturaleza y complejidad del aludido, las hay varias, que al interrelacionarse aumentan su incidencia.
La contracción en la economÃa estadounidense y la disminución en precios de algunos primarios como consecuencia de una menor demanda de los paÃses de nueva industrialización, figuran dentro de los determinantes de la situación comentada, pero no puede descartarse del análisis de los factores que están llevando a la recesión doméstica, el incremento en las tasas de interés registrado recientemente.
El Banco de la República ha presionado al alza los intereses, al encontrar que los brotes inflacionarios observados tempranamente en el año, no han cedido a lo largo de éste. Siguiendo entonces el mandato constitucional consistente en su obligación de velar por el poder adquisitivo del peso colombiano, ha intervenido en el mercado monetario para determinar la subida en los intereses.
Como respuesta a su acción, al incrementar el costo de la inversión, la producción y con ella la economÃa toda, estarÃan sufriendo el impacto. Las voces de alarma están empezando a surgir. El Presidente de la República insiste en su llamado a la máxima autoridad monetaria del paÃs para que revise su actuación. Algunos comentaristas anticipan ya el acaecimiento de una recesión, entre cuyas causas puede aparecer también el entorno polÃtico, contaminado por la profunda inestabilidad institucional, porque atraviesa el paÃs, sin que se vea pronta solución.
Es tiempo de revisar el curso que está tomando la economÃa nacional y de adoptar los correctivos correspondientes a la Junta Directiva del Banco de la República, y el Gobierno no deben olvidar que la Carta Fundamental ordena la coordinación entre sus acciones para dirigir la economÃa del paÃs.
Es preciso combatir la inflación, pero no a costa del empleo y la producción. Al Ejecutivo corresponde insistir en las gestiones en pos de la concertación de acuerdos internacionales de comercio, para abrir nuevas oportunidades de negocios ante la inestabilidad en las relaciones con Venezuela y los altibajos de la economÃa de Estados Unidos.
