Publicado el
domingo 10 de febrero de 2013 - 12:00 AM
Tres disparos acabaron con la vida de Mauricio Torres
Ayer, a pocos metros del lugar donde murió Mauricio Torres Silva de 33 años, sonaban canciones de salsa a todo volumen y varios hombres tomaban cerveza. Poco se hablaba de lo acontecido la noche del viernes y como ocurre en muchos barrios de la ciudad, azotados por la delincuencia, “nadie vio nada”.
La familia de Mauricio Torres asegura que éste no tenía enemigos y que estaba dedicado a encontrar empleo. (Foto: Hernando Santos/VANGUARDIA LIBERAL )
Una mujer que atiende el negocio y que lo vio por última vez a la víctima, asegura que ésta llegó a la tienda y compró una gaseosa y un paquete de papas fritas.
“Le sonó el celular y salió a contestarlo. Cuando escuchamos fue una balacera y el ruido de una motocicleta que se fue a toda velocidad. El muchacho (Mauricio) estaba tirado en el piso. Lo habían matado”, recordó la encargada del negocio.
Sin explicación
La muerte de este hombre, padre de un menor, se registró en la carrera 28 con calle 70 del barrio Antonia Santos, cerca de San Martín, en inmediaciones del viaducto García Cadena. Mauricio Torres Silva residía a pocas calles del lugar junto a sus papás y su esposa.
“Sabemos que Mauricio estaba hablando por celular con un amigo cercano, porque nos llamó luego de lo ocurrido. No entendemos qué fue lo que pasó, porque él no tenía enemigos y era una persona muy sincera con su familia”, expresó su esposa.
“Cuando se armó la balacera muchas personas corrieron y se escondieron en la tienda, pero eso es lo único que vimos y sabemos”, aseguró la propietaria del negocio donde se encontraba la víctima.
El parte médico entregado por las autoridades describe que Torres Silva recibió dos disparos en la cabeza y una en el abdomen.
Minutos después de lo ocurrido, fue trasladado a la Clínica Bucaramanga donde ingresó sin signos vitales.
Su familia lo describió como una persona amigable, que no tenía trabajo en ese momento y estaba buscando emplearse. “Si tenían alguna razón para matarlo tuvo que ser una bobada, porque a él no le gustaba pelear con nadie”, señaló Cesar Torres, uno de sus hermanos.
Las honras fúnebres de Mauricio Torres se realizaran en la funeraria La Colina.
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