Asesinó a su exesposa, a sus dos hijos y se suicidó
La escena del crimen que describen las autoridades es aterradora. El pequeño Yony, de siete años, tenía un tiro en la cabeza y su cuerpo quedó tendido en una de las habitaciones. A pocos pasos de allí, en el corredor de la humilde casa, yacía Yulieth, de 13 años, quien presentaba un tiro en la boca.
El cuadro de horror lo completó Rosa Delia Hernández Ariza, de 30 años, madre Yony y Yulieth, cuyo cadáver fue hallado en la cocina con un disparo a quemarropa que le propinaron en la frente.
El autor del sangriento episodio fue Alexander Palomino Fandiño, de 34 años, transportador informal, quien el sábado a las 8:00 de la noche irrumpió en una pequeña vivienda, ubicada en la calle 7A No 3-75 del barrio El Palenque, en el municipio de Vélez, Santander, y asesinó a sus dos hijos y a su exesposa.
Luego de quitarles la vida a los dos niños y a la mujer, Alexander se sentó en uno de los muebles de la sala, se apuntó con el revólver en el mentón y se suicidó.
Esa noche nadie escuchó nada, pues los gritos, el forcejeo y los disparos, se camuflaron entre los truenos y el ruido del torrencial aguacero que caía en el municipio de Vélez.
El hallazgo
Al día siguiente, en medio de una mañana fría, la vecina del primer piso subió a la segunda planta para regar las matas. Eran exactamente las 10:00 a.m. cuando la mujer alcanzó a ver por la ventana un cuerpo sin vida, tirado en el pasillo del inmueble.
Asustada, regresó a su casa y por teléfono dio aviso a la Policía, que minutos después llegó al sitio para constatar la tragedia y acordonar el lugar.
Cerca de las 11:00 de la mañana arribaron los funcionarios de la Unidad Móvil del Laboratorio de Criminalística del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía, para fijar evidencias y realizar la diligencia de levantamiento de los cuatro cadáveres.
A un lado de la silla en la que quedó el cuerpo Alexander Palomino Fandiño, las autoridades encontraron el revólver calibre 22 con el que cometió el triple homicidio y luego se que quitó la vida. El arma no tenía salvoconducto, por lo que las autoridades investigan dónde la adquirió.
Los móviles
Al parecer, según la Policía, desde hace tres meses la pareja se había separado pero Palomino Fandiño le insistía a su exesposa que regresaran pero ella se negó. Esta situación habría sido el detonante de la tragedia que mantiene conmocionados a los habitantes de Vélez.
Dentro de la investigación que adelanta la Policía y el CTI de la Fiscalía no se descartan otras hipótesis
“Lo que tenemos hasta ahora según los resultados de las investigaciones es que es un caso, al parecer, de problemas sentimentales, parece que la pareja se estaba separando”, explicó el coronel Néstor Raúl Martínez, subcomandante de la Policía de Santander.
El sábado en horas de la tarde varias personas vieron al hombre implicado tomando licor en un establecimiento del municipio, desde donde se dirigió a la casa donde vivían sus hijos y su exesposa, a quienes ultimó a tiros.
Los cuerpos sin vida de los cuatro integrantes de la familia Palomino Hernández fueron trasladados a la morgue del municipio de Vélez. Hoy se cumplirán las exequias.
Antecedentes de violencia en la zona
El 3 de diciembre del año pasado un hombre asesinó de 35 puñaladas a su compañera sentimental y posteriormente se causó 10 heridas en diferentes partes de su cuerpo. El hecho se produjo en la vereda Francisco de Paula, del municipio de Barbosa. El agresor aceptó los cargos y le dictaron medida de aseguramiento. La víctima fatal fue identificada como Blanca Margarita Burbano, de 36 años de edad.
Crímenes atroces en Santander
Un hombre de 34 años envenenó a cuatro de sus seis hijos, de 5, 7, 9 y 12 años de edad y luego se suicidó. Los trágicos hechos se registraron en una finca ubicada en la vereda Mata de Caña, distante 15 minutos del casco urbano del municipio de El Playón. El tema habría sido por móviles pasionales, ya que la mamá del niños habría amenazado al hombre con separarse de él.
La Policía encontró en la habitación de una residencia, ubicada en la calle 31 entre carreras 21 y 20, zona Centro de Bucaramanga, los cuerpos sin vida de dos niños de 2 y 4 años de edad y el de un hombre de 26 años, padre de los menores. Las autoridades determinaron que el hombre envenenó a sus dos hijos dándoles a beber de un jugo en el que había mezclado el veneno, del que él también bebió.