Bucaramanga
“Mató a mi hermana en Santander porque supuestamente tenía un espíritu”
La vida de Leidy Tatiana García Martínez, de 30 años, fue apagada el martes 25 de julio del año pasado, presuntamente a manos de su compañero sentimental, con quien llevaba 12 años de relación y de cuya unión nació una hija.
Desde entonces, los familiares de la víctima emprendieron una incansable batalla para que el acusado pague, pero lo único que han encontrado son tropiezos y desilusiones por parte de la justicia colombiana.
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El origen de esta tragedia que afronta esta familia bumanguesa, originaria del barrio Estoraques, se remonta al año 2005, cuando la hija menor de la familia García Martínez emprendió una relación con un hombre dedicado a labores de campo. Después, se fue a vivir con él a una finca en zona rural de El Playón, Santander.
Para Nelly García, hermana de la occisa, durante el tiempo de convivencia Leidy Tatiana fue víctima de una sucesión de maltratos, abusos y humillaciones por parte de su pareja.
“Desde que se la llevó el no nos dejaba saber de ella, no la dejaba venir a Bucaramanga a celebrar fechas especiales ni nada, la aisló. Ella para hablar conmigo le tocaba casi a escondidas, si él sabía le pegaba”, informó la hermana de la fallecida.
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Los familiares nunca se atrevieron alertar a las autoridades, puesto que Leidy Tatiana nunca se atrevió a dar por concluida la relación. Sin embargo, la situación se agudizó a mediados de julio de 2017, cuando la mujer empezó a decaer en su estado físico y presentar quebrantos de salud.
“Él (esposo) la trajo acá en un estado deplorable, en silla de ruedas, diciendo que ella estaba poseída, que tenía un hechizo. 20 días atrás mis hermanos habían ido y la vieron bien”, argumentó Nelly.
La mujer de 30 años, según sus allegados, contrario a ser llevada a donde profesionales de la salud, su pareja la remitió con un brujo, para combatir el supuesto espíritu maligno que tenía. “El 20 de julio del año pasado, ese tipo (esposo) la llevó al hospital, y que estaba enferma de una pierna, un brazo y con dificultad para hablar, decía que tenía un espíritu maligno. La recomendación del médico fue que la lleváramos a San Camilo (Hospital psiquiátrico), pero él no dejó, insistía en que estaba poseída”, expresó la familiar, quien agregó que a pesar de su condición, se llevó a Leidy otra vez para la finca.
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El día del crimen
De acuerdo con los allegados de la víctima, el 25 de julio, en un predio localizado a 50 minutos del casco urbano de El Playón, se encontraba Leidy Tatiana, el esposo y Elgar Orlando Carvajal, un yerno de Nelly, quien por esos días había ido a cuidar a Leidy.
Sobre las 8:00 de la mañana, estas personas fueron a desayunar a la casa de la suegra de Leidy, que vive a pocos metros. A Elgar sus familiares le habían recomendado que no le quitara el ojo de encima a la mujer de 30 años.
“Mientras Elgar se fue a lavar las manos, Javier (esposo) se la llevó y que para bañarla. Mi yerno pegó la carrera hasta la casa, pero él (marido de Leidy) ya se había encerrado en la pieza, nosotros le habíamos dicho a mi yerno que por ningún motivo la dejara sola, hasta que no bajara el pastor a hacerle un rezo”, aseguró la pariente.
El hombre, preocupado al escuchar gritos, comenzó a tocar la puerta y el esposo de Leidy, según Nelly, le dijo: “todo está bien la voy a bañar y voy a acabar con ese espíritu”.
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“Se encerró con ella dos horas y 15 minutos, como a las 10:15 salió con todos los dedos morados. Mi yerno entonces entró y vio a Leidy toda morada, con heridas en la cara y el cuello, estaba reventada. Elgar ya no podía hacer nada, estaba indefenso, hasta sin celular, con miedo”, expresó Nelly García.
Creyendo quizá que lo iban a matar, se acercó de nuevo hasta donde estaba Leidy, le tocó el cuello y manifestó que aún tenía signos vitales, que debía bajarla a El Playón.
Y así lo hicieron, solo que antes, según relató Nelly, “la suegra de mi hermana y la empleada, se aseguraron de bañarla bien, lavar todo con límpido y hasta de lavar la ropa que ella tenía puesta”.
Ya sintiéndose a salvo en El Playón, Elgar fue a la Policía, a relatar lo ocurrido.
El arresto y la libertad
A pesar de que todas las pruebas señalaban al presunto homicida, ese día las autoridades no pudieron hacer nada, pues no había flagrancia.
El cuerpo de la mujer fue trasladado a la morgue de Medicina Legal, seccional Bucaramanga. Dicha institución, meses después del asesinato, certificó que la muerte de Leidy Tatiana fue ocasionada por “asfixia mecánica por estrangulamiento, aunado a múltiples traumas contundentes en cara, tórax y abdomen”. Asimismo, el informe indicó que en el organismo de la víctima había cocaína.
Con todas las evidencias, el señalado responsable fue capturado mediante orden judicial por el delito de homicidio agravado. No obstante, hace dos meses, por vencimiento de términos, recuperó su libertad.
Ahora, el llamado de los allegados de Leidy Tatiana es a que el proceso avance y vuelvan a capturar al señalado responsable.
“Solo le pido a Dios todos los días que nos ayude a hacer justicia y que nos de paz en nuestros corazones, sentimos un dolor muy grande. Ojalá algún día haya justicia”, concluyó la hermana de la occisa.
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¿Cómo va el proceso?
Esta redacción se comunicó en horas de la mañana de ayer con Carlos Javier González Sarmiento, director seccional de la Fiscalía de Santander, quien manifestó que efectivamente se adelanta la investigación por este crimen.
“Él dice que la mató para salvarla, pero ese hombre es un bárbaro. Le hizo de todo a esa mujer”. Sin embargo, a pesar de informar que en horas de la tarde de ayer daría a conocer cómo avanza el proceso, no fue posible establecer más comunicación.