Votantes rechazan a las élites de ambos partidos
La peor pesadilla del orden político establecido se está volviendo realidad. No importa si son demócratas o republicanos. Un número récord de votantes de New Hampshire rechazaron a las élites estadounidenses por márgenes considerados inconcebibles hace unas semanas.
Los candidatos victoriosos son un viejo socialista, quien era prácticamente un desconocido hace un año, y un famoso presentador de un programa de telerrealidad. La escala de las victorias de Bernie Sanders y Donald Trump es despampanante.
No importó si los votantes eran mujeres, del milenio, trabajadores, de edad media o con título universitario; ambos candidatos atrajeron a casi cualquier tipo de votante. Independientemente de lo que suceda en el futuro, la política en EE.UU. nunca será igual.
Para el orden establecido republicano, el resultado no podría ser peor. El Sr. Trump no solo obtuvo una victoria abrumadora de casi 20 puntos porcentuales. Además los candidatos más convencionales compartieron los votos equitativamente. Esto significa que ninguno de ellos saldrá de la carrera para que pueda surgir un abanderado plausible.
El favorito de la semana pasada, Marco Rubio - quien obtuvo tercer lugar en las asambleas electorales de Iowa y que por lo tanto parecía el candidato probable - cayó a quinto lugar en New Hampshire alcanzando apenas dos dígitos porcentuales. John Kasich, el gobernador de Ohio, quedó en segundo lugar detrás del Sr. Trump y antes de Ted Cruz, el ganador en Iowa. Jeb Bush quedó delante del Sr. Rubio, quien fue su protegido y ahora es su archienemigo. Cada uno obtuvo entre 11 y 16 por ciento.
Cada uno de ellos puede seguir con esperanzas de ser el principal rival del Sr. Trump. Tendrán que esperar hasta las elecciones primarias de Carolina del Sur el 20 de febrero para tener esa oportunidad.
Ente más tiempo continúe la lucha entre los republicanos moderados, más se beneficia el Sr. Trump. Tal como lo hizo en el debate republicano el fin de semana pasado, puede observar benignamente mientras los demás se pelean.