Caracas
La oposición desafía al gobierno de Maduro por octava semana
“No más hambre, no más inseguridad, no más represión”: la oposición venezolana volvió ayer a desafiar al gobierno de Nicolás Maduro en las calles de Caracas, tras 52 días de protestas que dejan 49 muertos y ciudades semiparalizadas.
Un chaparrón de gases lacrimógenos impidió avanzar a los opositores y miembros de la Federación Médica Venezolana (FMV) que intentaban dirigirse al ministerio de Salud en la capital venezolana, para protestar por la “catastrófica” situación de los hospitales, por falta de insumos, equipamiento y medicamentos.
“La salud es un desastre. Estamos en el peor estado de los últimos 30 años. Siempre da miedo venir. Pero lo seguiremos haciendo hasta que haya un cambio”, dijo Fernando Gudayol, un cirujano de 50 años.
El centro financiero de Caracas se inundó con pancartas con la palabra “Resistir” bajo los tres colores de la bandera venezolana, carteles denunciando “no más hambre, no más inseguridad, no más represión”, y otros que reflejan la puja con el gobierno: “Veremos quién se cansa primero”.
La oposición debe redoblar su apuesta en las calles pese a la violencia y a una vida cotidiana que puede ser insoportable, con colas interminables para conseguir alimentos o el tránsito paralizado por barricadas, marchas o protestas.
Marcha por la paz
Seguidores del chavismo se concentraron ayer en el Palacio presidencial de Miraflores, donde los recibió el presidente Maduro, quien además convocó para hoy a una mega marcha “por la paz” en las calles de Venezuela.
Queman buses
Medio centenar de autobuses fueron consumidos por el fuego en el sur de Venezuela, en un incendio que, según un gobernador oficialista, fue provocado por opositores.
“La empresa del pueblo bolivarense Transbolívar fue atacada por manos terroristas, a esta hora 51 unidades afectadas”, señaló en Twitter el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel.
“Intentamos controlar incendio (...) Sólo quien odia al pueblo puede ejecutar vil acción. Este acto terrorista afecta directamente a los más de 170.000 usuarios que a diario utilizan los buses”, agregó el gobernador.