Donald Trump, al parecer olvidó sus orígenes como descendiente de migrantes que llegaron a Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX. Su padre Fred Trump, hijo de inmigrantes alemanes. Su madre Mary Anne MacLeod, originaria de Escocia, llegó a Norteamérica como inmigrante, no como turista, con 50 dólares en el bolsillo en mayo de 1930.
Su nombre aparece en los registros migratorios de la época, digitalizados por la Fundación Estatua de la Libertad.
Su enfoque visceral contra la inmigración definió su campaña y moldeo decisiones tomadas desde su elección. Nadie presagiaba que esas políticas migratorias pudieran llevarse a cabo, lo del muro va en serio.
La promesa electoral de poner fin a la ilegalidad en la frontera sur ha ido endureciéndose. La política de “tolerancia cero”, anunciada por el Fiscal Jeff Sessions, el pasado 6 de abril, criminaliza a la inmigración ilegal y separa a miles de familias de sus hijos.
Periodistas autorizados para visitar centros de reclusión en McAllen (Texas) mostraron a adolescentes y niños en edad preescolar enjaulados entre vallas metálicas, como si fueran criminales. La falta de información del paradero de menores y de bebés han servido para que políticos de todo el mundo, Demócratas y ONG exijan al gobierno que abandone esta política migratoria. La portada de un diario neoyorquino esta semana muestra a una pequeña hondureña de dos años llorando mientras agentes fronterizos detienen a su madre. Todas las imágenes son inhumanas e inaceptables.
En medio de un aluvión de críticas, Trump firmó este miércoles una orden para detener la práctica de separar a las familias, pero insistió que continuará su política migratoria. Por su parte, el Congreso, controlado por republicanos, no se pone de acuerdo sobre un proyecto de ley que ponga fin a las separaciones familiares.
Así las cosas, las protestas en el país alcanzan altos niveles de intensidad superando las del año pasado, cuando Trump impuso restricciones para el ingreso de musulmanes. Es increíble que organismos internacionales no tengan presencia en la frontera, entre otras, porque Estados Unidos es el único país del mundo que no ha firmado y ratificado la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños.
Ningún inmigrante debería ser detenido, mucho menos los niños que son los más vulnerables.
Donald Trump, al parecer olvidó sus orígenes como descendiente de migrantes que llegaron a Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX. Su padre Fred Trump, hijo de inmigrantes alemanes. Su madre Mary Anne MacLeod, originaria de Escocia, llegó a Norteamérica como inmigrante, no como turista, con 50 dólares en el bolsillo en mayo de 1930.
Su nombre aparece en los registros...