Los bosques del acueducto
Finalizaba la década de 1960 cuando, a pesar de ser muy joven, formaba parte de la Junta Directiva del Acueducto al lado de Mario Acevedo Díaz, quien la presidía; Rafael Arenas Mantilla, un hombre de edad avanzada; Efraín Rueda Martínez, Eduardo Rueda Clausen, Alfredo Carrizosa Gómez, Julio César Almeyda Quintero, Benjamín Trillos Vargas, Eloy Vásquez Arenas, Armando McCormick Navas, Ricardo Cancino González y Jaime Trillos Novoa. La parte técnica estaba a cargo de Álvaro Londoño Cubillos, la Revisoría fiscal en manos de Octavio Lemus y el Jefe de Operaciones y Mantenimiento del Ingeniero Santiago Rodríguez Silva. Una de las principales preocupaciones de la Empresa era velar por la reforestación de las cuencas hidrográficas. Para ello existía un departamento encargado de los bosques al cuidado del Ingeniero Forestal Marceliano Valderrama.
En cada reunión mensual de la Directiva, no faltaba la oferta de fincas aledañas a la conducción de las aguas. En ese tiempo cada predio oscilaba entre los 12 y 15 mil pesos. Nunca se escatimó adquirirlas con el fin de preservar los bosques.
En la zona de La Pradera que comprendía 30 hectáreas, orientaron los trabajos de mejoramiento de los bosques existentes hacia la aplicación de prácticas silviculturales para estimular la regeneración de especies maderables. En las zonas en donde se plantaron especies nativas y foráneas, se realizaban labores de limpieza y poda de formación; en aquellas en que las condiciones del suelo no eran las más aptas para el desarrollo de la vegetación, abonaban los terrenos. Los trabajos afectaron 150 hectáreas. En el vivero de La Plazuela alcanzaron a tener en crecimiento 30.000 plantas que sembraban cuidadosamente en Brasil, Los Medios, Campo hermoso, El Panóptico y Potosí. Mediante esas labores culturales, las plantaciones adquirieron un desarrollo sorprendente y pasados dos años de la siembra, los árboles cerraron totalmente a una altura de cinco metros. ¡Cuidado con nuestras fuentes hídricas!