La fundación de “Pamplona de Indias”
La insigne historiadora e investigadora María Clara Valero Álvarez acaba de publicar un interesante estudio sobre la fundación de nuestra querida Pamplona, tierra de nuestros ancestros. La Ciudad Mitrada fue fundada el 1º de noviembre de 1549 por Pedro de Ursúa y el Capitán Ortún Velásquez de Velasco y la bautizaron con el nombre de Pamplona, en homenaje y memoria de la patria de su fundador.
El Emperador Carlos V le otorgó el título de “Muy notable y muy hidalga ciudad”. Nuestra Bucaramanga no tuvo fundación oficial, se fue creando lentamente a medida que lograron que un grupo indígena se asentara en este territorio, después de cinco intentos. El 22 de diciembre de 1622 figura como fecha de creación. No obstante lo anterior, el buen cura Valenzuela es quien asienta las primeras partidas de defunción.
“El Valle del Espíritu Santo” fue descubierto en la víspera de Pentecostés, rodeado de altos cerros y de temperatura fría y húmeda. Enmarcada Pamplona sobre la Cordillera Oriental, ostenta la hermosura de su pequeño valle, dormida al suave murmullo de su río Pamplonita cuyas brisas las inmortalizaron los compositores de la región.
Los habitantes indígenas de lo que hoy es la provincia de Pamplona fueron llamados Chitareros por los españoles, porque los hombres tenían la costumbre de portar sujeto a la cintura un calabazo o totumo con chicha o vino de maíz.
El 16 de enero de 1644 hacia las cinco de la mañana la ciudad fue devastada por un terremoto. Bajo la dirección de los sacerdotes jesuitas, la ciudad se levantó de nuevo. La urbe es testimonio de orgullo ancestral, la ciudad ha dado a la luz mentes y pueblos. Importantes colombianos figuran en los anales de nuestra historia.
Muchos pamploneses han brillado en las artes, la ciencia, el servicio a la patria, hombres laboriosos plenos de fe en los valores del espíritu.