En Colombia, delinquir paga
La primera condena por el caso Odebrecht pone de manifiesto que en Colombia delinquir paga.
En efecto, al primer condenado por haber recibido un soborno de US $6,5 millones, casi 20 mil millones de pesos, le fue impuesta una condena de 5 años y 2 meses de prisión, es decir, 64 meses, de los cuales pasará en prisión no más de 32 meses, lo cual da un resultado final efectivo de 660 millones de pesos mensuales, ingreso suficiente para estar cómodamente detenido durante ese tiempo.
Además el juez le impuso la obligación de cancelar una multa de 67 millones de pesos, cantidad que equivale al 0,0002% del monto recibido.
De igual manera, una vez pagada la pena, el delincuente se reintegrará a la sociedad como si nada hubiera sucedido y ésta lo acogerá sin recriminaciones, pues carecemos de memoria histórica y en un quinquenio a más tardar, el asunto habrá desaparecido y el beneficiario habrá disfrutado el producido de su acto ilícito.
Este mismo fenómeno se dio con los amnistiados de las Farc, que luego de sembrar el terror en todo el territorio nacional durante 50 años cometiendo casi todos los delitos previstos en el Código Penal, de la noche a la mañana, sin sanciones de ninguna naturaleza, pasaron a ser prohombres de la nación y candidatos a senadores para el asombro de los millones de víctimas que como bobos, vemos lo que está pasando con una indiferencia que hiela la sangre.
Esto pone de manifiesto el porqué de la crisis histórica por la que atraviesa el país y explica además porqué las instituciones públicas se han convertido en el objetivo de una casta política corrupta que ve al Estado como un botín del cual hay que apoderarse al precio que sea.
Lo verdaderamente crítico es que al mirar las listas de los aspirantes al Congreso aparecen los mismos que volverán con las mismas, lo cual tiene convertida a la Colombia que amamos en una auténtica cueva de ladrones. Aun así, la intención del día debe ser: tener una navidad en paz junto a toda la familia.