¡Feliz año!
Las personas requieren de una serie de rituales, gracias a los cuales llenan expectativas, forjan ilusiones, buscan olvidar los fracasos, renuevan los lazos de amistad, hacen proyectos, ignoran ofensas y en general, tratan de hacer borrón y cuenta nueva, de eliminar los rencores y de intentar una vida nueva y en paz, para lo cual hemos establecido los 31 de diciembre a la media noche cuando le decimos adiós al año viejo y alborozados saludamos el año nuevo.
Lamentablemente ese sueño dura muy pocas horas, pues muy rápidamente nos despertamos y encontramos la misma realidad; nada es como lo soñamos; por el contrario, para nosotros los colombianos siempre será más difícil debido a la crisis económica y moral que atravesamos
El año 2017 no fue precisamente bueno para la mayoría de los colombianos, asfixiados por una corrupción generalizada, ahorcados por una tasa impositiva confiscatoria, representados civilmente por una casta corrupta, con un Congreso descalificable por deshonesto, un poder judicial en la peor de las crisis y un ejecutivo para el que los intereses personales están por encima de los generales de los gobernados.
Anhelamos un año 2018 con un desarrollo económico capaz de permitirnos superar las dificultades de éste, con el anhelo de que en el proceso electoral seamos capaces de limpiar tanta podredumbre y con la esperanza de que la justicia pueda encauzarse por la senda correcta para el bien de todos nosotros.
Todo esto no es nuevo, pero no hemos sido capaces de cambiarlo y entonces como los bobos, nos resignamos y permitimos que las cosas continúen como van, con la certeza de que empeorarán, pues mal que no se cura, se agrava.
De todos modos soñemos pues por eso hasta hoy no nos cobran impuestos y continuemos viviendo en las nubes, cómodamente resignados mientras quienes entienden cómo es vivir en la realidad prosperan, pues el vivo vive del bobo y éste de su mamá.
Una noche de ilusiones y ensoñaciones puede ser capaz de remediar las angustias de los 364 días que siguen; por ello Feliz Año Nuevo para todos y cuando digo todos, son todos.