Al Director de Tránsito
Ante el caos creciente e insoluble que azota a nuestra ciudad, es procedente que el Director sea consciente y consecuente respondiendo este cuestionario para proceder de conformidad:
¿No puede disponer de un cuerpo de agentes o alféreces suficiente para cumplir sus obligaciones en el área de la ciudad? ¿No? Renuncie.- ¿Su ejercicio y funciones dependen prioritariamente de órdenes y conveniencias políticas? ¿Sí? Renuncie. ¿Le niegan autonomía plena para el ejercicio de sus funciones? ¿Sí? Renuncie.- ¿Su cargo es eminentemente técnico? ¿No? Renuncie.- ¿Carece de plena autoridad y respaldo para meter en cintura a los motociclistas, a los taxistas y a los choferes de los buses? ¿Sí? Renuncie.- ¿Les tiene miedo a dichos gremios? ¿Sí? Renuncie.- ¿Puede autónomamente prescindir de los servicios de cualquier funcionario por inepto, por corrupto o por innecesario? ¿No? Renuncie.- ¿Puede nombrar funcionarios reemplazantes por concurso técnico y elección debida? ¿No? Renuncie.- ¿Si no es profesional en la materia, tiene asesores idóneos que lo asesoren? ¿No? Renuncie.- ¿Es usted una ficha política? ¿Sí? Renuncie.- ¿Los jugosos ingresos que se podrían generar por debidas sanciones a los innumerables infractores, irían a las arcas de Tránsito? ¿No? Renuncie.- ¿Está obligado a priorizar el acompañar a autoridades y políticos en sus desplazamientos con sus escasos alféreces, que atender las congestiones diarias en la ciudad? ¿Sí? Renuncie.- ¿Dispone de funcionarios intocables en su nómina? ¿Sí? Renuncie.- ¿No le han querido reajustar su presupuesto deficitario para la atención debida de sus obligaciones? ¿No? Renuncie.- ¿Le es imposible eliminar la injerencia de políticos en un honesto ejercicio de su cargo? ¿Sí? Renuncie.- ¿Recibe órdenes y debe acatarlas de: Alcalde y señora, secretarios municipales, Gobernador, secretarios departamentales, concejales, diputados y congresistas? ¿Sí? Renuncie.
Usted, señor Director, es un profesional del derecho, respetable y respetado, que si todavía puede salir a las calles de la ciudad con la frente en alto y sin escondérsele a nadie a ejercer lucrativa pero honestamente su profesión, ¡bienvenido!