Poder y mando
Para algunos el poder es la capacidad de mandar. Es así como en algunas sociedades el poder se ejerce en forma autoritaria y en otras en forma democrática.
El tratadista francés Burdeau decía que inicialmente en las comunidades primitivas el poder era anónimo, nadie lo ejercía en particular. Más tarde con el surgimiento de la propiedad privada, el poder empezó a ejercerse por los mejores guerreros o los sacerdotes. El poder se individualizó. Después aparecieron las asambleas y los parlamentos entonces el poder se institucionaliza. Han surgido las instituciones.
Pero el poder embriaga y a veces enloquece. Las monarquías fueron un ejemplo de esta situación. Mas sin embargo en las democracias ocurre algo parecido. Los gobernantes quieren perpetuarse en el poder a pesar de que quienes inventaron la democracia, los griegos, rechazaban la reelección. Recordemos cómo después de los sucesivos gobiernos de Roosevelt, los norteamericanos establecieron solo una reelección. Actualmente hay algunos gobernantes que quieren perpetuarse en el poder. Por ejemplo el señor Putin en Rusia, Ortega en Nicaragua, Maduro en Venezuela y aquí en Colombia el senador Uribe quiso organizar una reelección indefinida.
Pero esto no ocurre solamente en política. En todas las sociedades sucede. En algún lugar cerca de Bucaramanga en un conjunto residencial, un miembro de la junta directiva quiso perpetuarse como presidente con ese poder precario. Era un hombre honesto, nunca despilfarró dineros pero quería perpetuarse en su pequeño mando. Un día todos los vecinos se pusieron de acuerdo para sacarlo de la junta directiva porque ya era un escollo para el progreso. Hubo una votación y todos decidieron revocarle el mandato. Ese señor se embriagó con el poder, en forma parecida a Putin y Maduro.