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Gustavo Galvis Arenas
Jueves 28 de noviembre de 2019 - 12:00 PM

Retozos democráticos

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Un destacado dirigente político del siglo XIX cuando recibió noticias sobre unos asaltos que estaban ocurriendo en haciendas del Valle del Cauca, trató de calmar a su interlocutor manifestando que eso eran solo retozos democráticos. Así ocurre en nuestro país con las marchas y cacerolazos que intentan protestar contra el gobierno. Pero como nuestra democracia está en “volandas”, los gremios pretenden sustituir las instituciones. No creen en el gobierno, ni en el congreso, ni en la justicia. Parece que estuviéramos al borde de una fantástica democracia directa.

La democracia surgió en la antigua Grecia cuando en las polis, o ciudades estado, los ciudadanos acudían al ágora con el fin de legislar. Allí elegían a los arcontes (gobernantes) aprobaban el presupuesto, definían la guerra y la paz y a quien trataba de destacarse demasiado le aplicaban el ostracismo. Esto consistía en desterrar al presunto líder por diez años mientras se olvidaban de sus pretensiones de convertirse en tirano. Las sesiones que se realizaban en el ágora eran vigiladas por el Consejo de los Quinientos, una especie de procuraduría colectiva. Esto se desmoronó con la llegada de Alejandro Magno y después con la conquista romana. En la edad media, prevalecían los señores feudales y los obispos. No había democracia.

Cuando surge la democracia en Inglaterra, Francia y Estados Unidos, funciona la representación del pueblo en los congresos o parlamento. Un intento de modificar esta situación fue cuando Benito Mussolini y Adolfo Hitler resolvieron que eran más importantes los gremios que el parlamento, ahí fue el inicio del fascismo. Nos preocupa entonces que en Colombia los estudiantes, trabajadores y todos los gremios organicen paros permanentes para obligar al gobierno a resolver sus peticiones. Y lo hacen porque como señalaba el columnista Rafael Gutiérrez “la democracia está en crisis”. El gobierno es errático, el congreso no resuelve los problemas y en la justicia hay unos personajes que la avergüenzan. Lo importante entonces es corregir los errores de la democracia, resolver los problemas graves y así evitar las marchas violentas y los cacerolazos. De todas maneras la protesta es constitucional y la democracia el mejor gobierno que hemos tenido.

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