La Mesa de los Santos
Es triste y doloroso ver el deterioro en los últimos cinco años de la Mesa de los Santos. Increíble la tugurización y daño de la carretera, permitiendo las autoridades la construcción de todo tipo de negocios sobre los bordes sin respetar las áreas que deben existir para protección del caminante. Un ejemplo, la zona frente a “el Granero” con talleres de mecánica junto a graneros y tabernas y 1 km antes negocios diversos en la berma y hondonadas. Esperamos no haya accidentes con la llegada de los borrachos de diciembre.
La administración actual del peaje es culpable directa del deterioro de las vías de la Mesa de los Santos y la ausencia de andenes y similares. Todas las obras de urbanismo que debían realizarse con el crecimiento poblacional, no existen. No hay inversión. Panachi solo como generador de turismo interior no funcionará en el futuro si sus alrededores no son protegidos y esto no sucede en la Mesa de los Santos. Y si le añadimos la nube de moscas ya mencionada, transmisoras de enfermedades, no veo aumento en el número de turistas. Recuerden que las moscas y zancudos no diferencian clase social y finalmente nos enfermarán.
La Mesa de los Santos incluye a Los Santos, un pueblo con gran potencial turístico por su localización, paisajes y construcciones similares a Zapatoca. Desafortunadamente no ha tenido dolientes y lo más grave, la horrorosa remodelación de la plaza principal y las oficinas de la alcaldía que destruyó el entorno colonial. Qué tristeza el pésimo gusto del Aalcalde que ni vale la pena mencionar, que autorizó esa remodelación y la de su oficina. Para completar, el Banco Agrario, como entidad estatal (raro), destruye una casa esquinera colonial.
Con esos alcaldes enemigos de Los Santos cae muy bien el dicho popular: Gobernante de pueblo que necesite plata, remodela parques y centros de salud y el dinero no da gusto ni cultura. Aún es tiempo de recuperar a Los Santos y beneficiar a toda la población. Lástima la carencia de visión de los gobernantes que solo protegen sus intereses particulares.