Parafiscalidad agropecuaria
Además de los cuestionados “parafiscales laborales”, hay en Colombia otras formas de parafiscalidad no menos importantes, la agropecuaria entre ellas, que consiste en el aporte de contribuciones obligatorias por parte de los productores de diferentes renglones de la economía rural, destinadas al fomento de dichas actividades y administradas por sus gremios más representativos, bajo el control del Estado, a través de los llamados Fondos de Fomento.
Se trata de un instrumento de política pública que el país poco conoce, aunque está detrás de logros como la promoción internacional del café colombiano a través de la marca Juan Valdez, la certificación internacional del país como libre de fiebre aftosa, definitiva para la ganadería, el crecimiento del consumo nacional de carne porcina y de pollo, la investigación para el desarrollo del cultivo de palma africana y un sinnúmero de resultados en otros renglones, que nunca se habrían logrado con los recursos siempre escasos del presupuesto nacional para el sector agropecuario.
No obstante, la parafiscalidad agropecuaria también ha recibido ataques periódicos desde diferentes frentes: los gurús que defienden teorías económicas en boga sin conocer la realidad rural más allá de sus fincas de recreo; los competidores internacionales que intentaron exigir su eliminación en las negociaciones de los TLC; e incluso los gobiernos en respuesta a presiones de sectores interesados, ya sea en la eliminación de las contribuciones o en hacerse a su administración. Un exministro de Agricultura llegó a proponer, hace varios años, echar a una sola olla todos los renglones de la producción y hacer un solo fondo agropecuario.
Otro exministro más reciente decidió usar la parafiscalidad para retaliar contra quienes osaban asumir posiciones legítimas pero apartadas de las del Gobierno, lo cual derivó en una verdadera persecución contra Fedegán principalmente, como entidad administradora del Fondo Nacional del Ganado.
Se prendió una chispa que hoy es incendio amenazante para la parafiscalidad agropecuaria y la institucionalidad gremial. El Ministerio de Agricultura del primer gobierno Santos llegó a contratar una auditoría externa millonaria – ¡mil millones del erario público! – contra el Fondo del Ganado y otros dos fondos. A la parafiscalidad agropecuaria la defienden sus resultados. Es hora de que los funcionarios entiendan que se deben a la Ley y no a subalternos intereses, utilizando sus cargos y las instituciones del Estado para retaliar contra quienes opinan diferente.