¿Quedó mal repartida la mermelada?
“No es que el gobierno no haya cumplido ni haya dejado de girar cheques sino que a algunos les está llegando mucho y a otros nada”. Así me lo dijo uno de los líderes del movimiento campesino que hoy protesta en el departamento de Nariño. Otros analistas coinciden en que el problema del paro agrario e indígena que todavía sigue sin resolverse es que el gobierno ha estado pendiente de cumplirles a las famosas dignidades que protestaron en 2013 pero dejó de lado a algunos otros sectores y organizaciones que dicen representar los verdaderos intereses del campo.
Por eso no sorprende que en estas movilizaciones los rostros de la protesta hayan cambiado. Que no veamos a César Pachón con su emblemática ruana haciendo exigencias o al mismo senador Robledo y al Centro Democrático unidos apoyando a los cafeteros. Las “dignidades” no se sumaron finalmente a este paro y salvo algunos parcos mensajes en Twitter de los lideres de las anteriores protestas, no hubo un apoyo cerrado de aquellos que en 2013 marcharon.
¿Quedó entonces mal repartida la mermelada? Probablemente sí pero el problema va más allá. Por un lado, la fragmentación y dispersión del liderazgo indígena y campesino quedó puesto en evidencia. Eso de “mesa única de diálogos” fue una ilusión al punto de que en algún momento llegaron a recomendarle a los ministros del interior y de agricultura negociar por tramos el desbloqueo de la vía Panamericana en el Cauca porque cada kilómetro tenía ‘dueños’ diferentes.
Pero por otro lado, que se diera un nuevo paro puede ser explicado en la visión asistencialista que el Estado tiene del asunto agrario. Subsidios y fondos especiales que se agotan conforme pasa el tiempo y se acaban los recursos, no pueden ser la solución. Se necesitan miradas más globales y en ocasiones saber decir que no con firmeza frente a algunas peticiones desproporcionadas. En eso sigue fallando el gobierno que, o pone en el ministerio de agricultura a algunos que no entienden ni pío del tema como el exministro Lizarralde o mete políticos como Iragorri que no quieren dañar sus aspiraciones a futuro y prometen el oro y el moro cuando en realidad no pueden cumplirlo.