La Corte que le dijo Sí a los del No
La Corte Constitucional ha asumido un papel necesario y heroico en materia de paz. Lo que el gobierno y el Congreso no pudieron -o no quisieron- lo ha terminado de hacer este alto tribunal. En sus tres sentencias más recientes ha dejado claro que el parlamento no es un simple notario y que puede plantear modificaciones a las leyes y reformas constitucionales que sobre la paz se están generando. Ha establecido también que el acuerdo de La Habana no puede incorporarse al texto de la Constitución Política y, en su última determinación, rectificó puntos cruciales que en la campaña del plebiscito y luego en la renegociación, tenían como banderas fundamentales los representantes del No.
En cuanto tiene que ver con civiles y agentes del Estado, dejó claro que su comparecencia es solamente voluntaria, resaltó que el incumplimiento de los compromisos de los investigados frente a la JEP tiene efectos graves y extendió el régimen de responsabilidad de los magistrados de la justicia ordinaria a los miembros de la JEP que por ahora parecían no tener quién los rondara.
Ese papel de la Corte como ‘recomponedera’ del consenso social recogiendo las críticas de algunos sin afectar los elementos esenciales del acuerdo, ha resultado un ejercicio saludable desde el punto de vista de la protección de los derechos de las víctimas y de la Constitución Nacional que nos rige, así a las Farc no les guste.
Pero también le implica a los opositores reajustar su discurso en tiempos de campaña. Que la Corte les haya dicho que Sí a los del No en varias de las cosas que habían pedido, los obliga a comprometerse con no volver trizas los acuerdos, respetar y respaldar los programas de reincorporación de las bases guerrilleras y, aunque ofrezcan nuevos ajustes, no sonará bien que insistan en borrarlo todo de un plumazo. Habrá que ver cómo reacciona Vargas Lleras de aquí en adelante, cuando sus preocupaciones sobre los terceros civiles fueron recogidas por la Corte o si el uribismo renuncia o no a esa idea de un referendo para tumbar la JEP. No pueden pedir lo que ya se les otorgó y hacer campaña prometiendo lo que ya no necesita ser cambiado.
Lo que está pasando, en fin, es positivo y aunque pudiera ser todavía mejor, ya es sabido que lo perfecto es enemigo de lo bueno.