Hola soledad
No me refiero a la conocida canción de Ramón Bautista Ortega, el mismo Palito Ortega, tan pegajosamente interpretada por Rolando La Serie, sino a la más reciente novela escrita por el médico Miguel Ángel Pérez Ordóñez, corta de solo 78 páginas, publicada en Barcelona donde pareciera haber sido escrita por las tardes frías y opacas de invierno, en cafés brumosos, entre humos y tragos pero sobre todo en medio de una inmensa soledad.
Estepario es un joven estudiante de medicina que quiere ser escritor -¿autobiográfico?- pero vive intensamente al rapto de otra Elena, su novia, embargada por las entelequias del dinero fácil y el hedonismo que confunde el bien con el placer, hasta el suicidio. Y de ahí en adelante solo soledad, como dice la canción “Yo soy un pájaro herido/ que llora solo en su nido/ porque no puede volar,/ y por eso hablo contigo…/ Soledad yo soy tu amigo/ ven, ven que vamos a charlar….”. Es lo que hace en adelante el personaje hablando con Soledad, elaborando digresiones acerca del destino, la futilidad del arte, la rebelión contra los padres por trazar el destino de los hijos, interpretaciones desde la psiquiatría y el amor cortés en soledad, que a mi manera de ver de simple y llano lector, es lo mejor de este trabajo más elaborado y profundo que los anteriores leídos.
Pero también se pueden encontrar contactos no solo literales con Kafka, con Josef K su personaje, sino en la atmósfera de sus actores desolados. Por ser la interlocutora un personaje no real pero que el lector termina aceptándola como si lo fuera, este trabajo de Miguel Ángel “Miércoles de Elena en soledad”, tiene que ver con el surrealismo literario; compañera solidaria en un medio social donde los personajes no logran ubicarse porque “Todo amor cortés tiene en mente una falacia: poder acomodar al otro a sus intereses” (pg. 55), con final ecléctico y otra vez surrealista: “Conociéndote, Estepario -le dice Soledad-, me pareció que asistí a una parodia que inventaste para reírte de ese falso romanticismo que España sembró en los países que colonizó.”
ADENDA.- Las encuestas son instrumento de la investigación sociológica para medir objetivamente actitudes sociales; pero en Colombia ya las viciaron; las contratan los candidatos y los medios no para medir la real intención de voto, sino para “direccionar” a los votantes a favor de tal o cual candidato, sesgándolas para meter miedo o simplemente quitarle votos a otros.