Consulta anticorrupción: segunda parte
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Continuando con la labor pedagógica iniciada por mi colega Alejandro Alvarado, en su columna publicada el día de ayer en esta casa editorial, y ante la magnitud de la desinformación y desconocimiento que persigue a los colombianos en este tema tan importante para el país, procederé a hacer una breve explicación de los tres últimos puntos de la consulta anticorrupción.
Punto cinco: los congresistas deberán rendir cuentas sobre su asistencia, gestión y votación. Según el Instituto Internacional de Estudios Anticorrupción, sólo el 68% de los congresistas aceptaron entregar información sobre su gestión legislativa. Camilo Enciso, director del Instituto, afirma que “es alarmante que los congresistas sientan que no tienen el deber de responder derechos de petición, ni de rendirle cuentas a la ciudadanía, en clara infracción de la Constitución y la ley”, si se aprueba este mandato, se crearía un régimen común de rendición de cuentas para todos los funcionarios de elección popular, haciendo pública la información, facilitando la vigilancia de su gestión para toda la ciudadanía.
Punto seis: hacer públicas las propiedades e ingresos injustificados de políticos elegidos y extinguirles el dominio. No hay obligación vigente para que los funcionarios de elección popular declaren patrimonio, pago de impuestos y posibles conflictos de intereses, tampoco existe obligación para que estas sean de conocimiento público de los ciudadanos.
Punto siete: no más atornillados al poder, máximo tres periodos en corporaciones públicas. Algunas personas podrían pensar que es una limitación a los derechos políticos, pero en realidad es una medida que permite la renovación en cada corporación pública y una mayor representación de los sectores olvidados. Veamos el caso de Roberto Gerlein, único senador en el mundo que cumplió 50 años en el Congreso, conocido por ser conservador radical y retrógrado, con ideas que causaron polémica por su posición sobre derechos y libertades, sin duda posiciones que no aportan al debate y que no pueden ser perpetuadas en el poder.
Por todo lo anterior les insisto: este 26 de agosto acérquense a las urnas, tomen la mejor decisión para el país; Sí o No, la decisión está en sus manos.