¿Ganó o perdió Piedecuesta?
Ya el Juzgado Octavo Administrativo de Bucaramanga lo había decretado, pero el Tribunal Contencioso de Santander acaba de confirmarlo: se anularon los acuerdos 010 de 2005 y 021 de 2006 expedidos por el Concejo de Piedecuesta, por medio de los cuales el municipio ingresaba al Sistema Integrado de Transporte Masivo.
Anulados esos acuerdos quedaría sin soporte legal la participación del municipio en la sociedad Metrolínea S.A., lo cual implicaría otro golpe al sistema y en especial al escenario financiero que en principio se había pactado. No es que la entidad tenga que devolver el dinero hasta ahora aportado por el municipio, pero es indudable que varían las condiciones de negociación.
Según la justicia administrativa, desde el Concejo se comprometieron vigencias futuras excepcionales y eso no era legal, razón suficiente para decretar la nulidad de los acuerdos. Y eso significa, por lo menos en apariencia, que estaría viciada la vinculación del municipio de Piedecuesta al sistema de transporte.
¡Qué lío! Aunque lo cierto es que hasta en las propias decisiones judiciales se desnuda la improvisación de las autoridades en la implementación del sistema, en medio de tanta burocracia y tanta plata invertida.
Urge conjurar esa situación para volver a definir la intervención del municipio dentro del sistema de transporte masivo, así como resulta urgente conocer la posición jurídica y financiera de la entidad. Habrá que volver a negociar, considerando en serio que Piedecuesta le aporta muchos pasajeros al sistema, lo cual debería redundar en mejores estaciones, más buses alimentadores y la propia pavimentación de vías.
A las dificultades del sistema, a la mala prestación del servicio y a las múltiples quejas de los usuarios, ahora se suma este revés judicial, con diferentes implicaciones económicas y con alarmante incertidumbre para los ciudadanos vecinos. ¡Lo que faltaba!, aunque esto debería servir para darle a Piedecuesta un transporte digno.