Grímpolas
Monseñor Héctor Rueda Hernández santandereano de cristianas e hidalgas virtudes, generosamente ejemplares, falleció este martes pasado en Bucaramanga. Arzobispo no solo en nuestra ciudad sino en Medellín, cumplió en ambas la noble devoción de su sagrado ministerio sintetizada en la adoptada frase: "para vosotros un padre". Y eso fue, un padre inclinado al bienestar de sus semejantes. Conservo el inmenso honor de su amistad y ahora vuelvo a leer en una de sus cartas, la del 28 de octubre del año 2000, el siguiente aparte:
"He llegado también al nivel de los 80 años de vida. Pero el don de la vida y de la salud es regalo de Dios. También en haberla aprovechado para servicio de los demás, porque no basta vivir sino saber vivir fructuosamente. Personalmente estoy viendo cercana la meta de nuestro destino, que es Dios, quien nos aguarda con los brazos abiertos. Con el salmista repito la plegaria de la confianza: ‘Tú eres mi esperanza, señor, mi confianza desde la juventud. Ahora en la vejez y en las canas no me abandonéis, Dios mío. Le deseo que en la tarde de la vida pueda recoger la cosecha abundante de todo lo sembrado en una vida de trabajos y servicios y que pueda gozar con serenidad, rodeado del cariño de los suyos, la legítima satisfacción de éxitos y distinguidas posiciones, que fueron triunfos bien conquistados. Afectísimo en Cristo".
El destino permita que en la muerte de Monseñor Héctor Rueda Hernández se fortalezca la grandeza de su presencia iluminada.
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En días anteriores dos intelectuales colombianos, la secretaria de Unasur, doña María Emma Mejía, y don Plinio Apuleyo Mendoza, periodista y reciente autor de la novela política "Entre Dos Aguas", visitaron a la vecina Venezuela y desde el aprestigiado teleperiódico "Aló Ciudadano", agitada y valiente bandera de la oposición, compararon situaciones y abrieron perspectivas binacionales que en lo intelectual y comercial incidirán constructivamente. Chávez aprovechó la ocasión para denigrar de Estados Unidos, con Unasur al fondo, reiterando su capacidad de gobierno, no obstante sus serias novedades de salud.
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"Coscorrón": golpe dado en la cabeza. Mendrugo de pan. Puñetazo (Larrouse). La primera acepción sería la más corriente cuando por lo general se da al impertinente, contradictor y deseoso de figuración anticipada. Metido en todo.