Estamos a pocos días de decidir el futuro de nuestro territorio y de definir si queremos perpetuar la mediocridad de la vieja clase política o si tenemos un verdadero cambio.
¿Ya leyó el plan de gobierno de sus candidato/as para la Alcaldía y la Gobernación? ¿O solo va a votar porque le cae bien, tiene una linda sonrisa o le dio la mano? O peor aún, ¿es el que a su familiar le favorece porque podría darle contratos?
El próximo domingo no solo debemos ver si los aspirantes a gobernar tienen las condiciones de idoneidad profesional por conocimiento de la administración pública, sino de lo que he llamado el ‘blindaje moral’, es decir, esos atributos que definen la tranquilidad del elector al saber que su candidato no es cuestionado por razones éticas.
En estas elecciones revise si su candidato/a o su círculo familiar tiene faltas graves; revise por quiénes está rodeado en su equipo de campaña. Si su candidato/a aspira a la Alcaldía, mire qué candidatos al Concejo Municipal le apoyan. En estas elecciones desmárquese del trapo de color y sintonícese más bien con sus ideas, principios y valores.
Si usted le acepta la compra de su voto a los candidatos, usted es tan o más corrupto que el que ofrece esa transacción. Si prefiere llenar su barriga en un domingo de elecciones, en lugar de llenar sus sueños con un voto con convicción, después no se queje de sus gobernantes, los que no tardarán en decepcionarlo.
En sus manos está consolidar eso que los politólogos llaman el “voto de opinión” y que no debería llamarse sino simplemente “el voto” porque de opinión e independencia deberían ser todos los votos de cada uno de nosotros.
Vote bien, no defraude a sus hijos, amigos y familiares con votos negociados; contribuya a unas elecciones transparentes.
