Editorial: El futuro de ‘El Santísimo’
Hace pocos días se conoció la noticia de la decisión del Consejo de Estado, como medida cautelar en el trámite de una acción de tutela, de suspender el fallo del Tribunal Administrativo de Santander que ordenaba al departamento cambiar el nombre del monumento ‘El Santísimo’ y devolver el dinero invertido en su construcción, por cuanto, según el fallo, la obra por su connotación religiosa no podía ser financiada con dinero de regalías.
La decisión del Consejo de Estado se suma a varios pronunciamientos en distintas instancias que han intentado detener la construcción de El Santísimo, bajo diferentes argumentos. No obstante ninguno frenó el proyecto y hoy la medida cautelar otorgada en el Consejo de Estado da vía libre a que se inaugure la obra el próximo 20 de junio.
Aunque aún está pendiente una decisión de fondo, la realidad es que el monumento de El Santísimo está prácticamente listo y no tiene sentido que la Justicia se siga desgastando en algo que ya no tiene reversa. ¿O acaso podrá ordenar un fallo que se desbarate lo que ya se construyó? Una vez más la mora judicial y los tiempos absurdos de la administración de Justicia no dan respuesta a los requerimientos de una sociedad en los tiempos que esta lo necesita.
Discutir, por ejemplo si se debe llamar o no ‘Santísimo’ ya no tiene sentido, pues aunque en el papel se cambie, todos lo llamarán así por la costumbre.
Así que lo hecho, hecho está, y lo que viene ahora es la necesidad de que se garantice que la multimillonaria inversión de los recursos de las regalías, que superó los $60 mil millones, que se destinaron para este proyecto genere los dividendos esperados y que estos se reinviertan en el bienestar del departamento.
Es una apuesta muy grande la que hizo la Gobernación con la construcción de esta obra , pues le dio prioridad a un proyecto turístico por encima de necesidades clave de la región como la inversión en vías o en estructura hospitalaria. Así que lo único que queda es que este proyecto salga adelante y multiplique su inversión en crecimiento para el departamento y mejora en la vida de sus habitantes.
Además, el gobierno departamental tie-ne la obligación de garantizar ahora que la puesta en marcha de este proyecto no generará perjuicios en la comunidad. Por eso es necesario, por ejemplo, que exista un plan de manejo vial del sector que no permita que la ya colapsada movilidad del área metropolitana empeore con la masiva afluencia de visitantes que llegarán a El Santísimo.
Igualmente, es responsabilidad del go-bierno departamental y de la Corporación Panachi, que administrará el proyecto, garantizar la protección del medio ambiente, pues en el sector donde está ubicado existen afluentes hídricos y una zona de reserva natural que debe conservarse.