Editorial: El desafío de nuestra selección de fútbol
El momento que atraviesan los jugadores de la Selección Colombia de fútbol de mayores quedó en evidencia en los partidos que tuvieron en la Copa América jugada en Chile. Sin embargo, pese a las críticas emocionales hechas luego de cada contienda, si bien el balance no es óptimo, no es tan amargo como algunos lo han presentado. Hubo factores determinantes para que los resultados fueran agridulces para la afición. Jugadores que a primera vista no son las grandes figuras del equipo a los ojos de comentaristas y los simpatizantes, demostraron ser pilares insustituibles en el esquema de juego implementado cuando no pudieron ser alineados por lesiones; otros, básicos para el buen rendimiento del equipo, llegaron en mal momento, agotados por la larga y dura temporada que tuvieron en el viejo continente; a otros, la falta de continuidad como titulares en sus escuadras les pasó factura de cobro y fue evidente su bajo nivel de juego.
Capítulo aparte merece el papel que deben desempeñar tanto el cuerpo técnico como los dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol. Respecto de éstos últimos, escoger rivales para fogueos de baja categoría, como ocurrió antes de la Copa América, es desastroso pues el equipo necesita enfrentar oncenos que pongan en jaque a los jugadores para que se superen individual y colectivamente.
Los directivos saben que la selección se convirtió en jugoso negocio pero si su nivel de rendimiento disminuye, los patrocinadores darán un paso al costado y volverán las épocas de las vacas flacas.
José Pekerman fue lúcido en las anteriores eliminatorias para el Mundial y en su intervención en Brasil; el país lo convirtió en su ídolo. Su balance en la Copa América es variopinto y serán las eliminatorias al mundial de Rusia 2018 el juez supremo de la era del respetado entrenador argentino.
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el papel social, es decir, el espejo que son nuestras estrellas de fútbol para millones de niños y adolescentes de los sectores populares que en su éxito se ven reflejados y sueñan con seguir la senda de ellos. Si llegara a aflorar que tienen pies de barro sería fatal para sus jóvenes seguidores que ven en el fútbol su gran puerta de inclusión social y económica.