El gran desafío de mediados de siglo
Estudios muy serios señalan que tomando como base la población que actualmente hay en el mundo, en 2050 la demanda de alimentos habrá crecido en un 60%, pues se estima que el planeta tendrá entonces nueve mil millones de personas. ¿Habrá comida para ellos, si actualmente hay cerca de 795 millones de personas subalimentadas?
Lo problemas por resolver al respecto son de dimensiones inconmensurables, pues unos son los intereses y visión de las megamultinacionales del sector agrícola, alimenticio y de fertilizantes; otros los de los países desarrollados; distintos son los de los países pobres y norte diferente tienen los medianos y pequeños agricultores y ganaderos.
El mejoramiento de los ingresos de amplia franja de la población en China, India y otros países ha hecho que aumente significativamente el consumo mundial de carne, huevos y productos lácteos, hecho que presiona el incremento de la producción de maíz y soya para alimentar el ganado y las aves de corral necesarias para acrecentar la oferta de tales bienes pero ello, a su vez, genera un delicado problema: aumentan las emisiones de gases efecto invernadero, pues buena proporción de ellos son causados por la agricultura y la ganadería e incide significativamente en el incremento que habrá de la temperatura entre 4 y 6 grados centígrados. Esto, a su vez, lesionará intensamente la producción agrícola, de forma tal que unos 400 millones de seres podrían sufrir grave escasez de alimentos y agua a mediados del siglo XXI.
Además, el crecimiento de la población exige que a mediados del siglo XXI haya aumentado la tierra cultivable en un 70% y haya unos 64 mil metros cúbicos más de agua dulce potable cada año para consumo humano.
Así, todo es contradictorio, paradójico, lleno de círculos viciosos, pero es el problema más angustioso que debe resolver la humanidad en un corto tiempo.
Aumentar la producción de alimentos y carne es un imperativo mundial, pero la agricultura y la ganadería son grandes contaminadores; los fertilizantes y los estiércoles dañan lagos, ríos, ecosistemas, aceleran la pérdida de biodiversidad al destruir bosques y pastizales para cultivar más tierra.
¿Cómo enfrentar atinadamente el problema, si actualmente hay inseguridad alimentaria, el año 2050 está muy cerca y el mundo no ha comenzado a ocuparse en serio de tan grave reto?