Se rajaron los alcaldes del área
Esta semana, Vanguardia Liberal analiza para sus lectores los resultados de la sexta encuesta de percepción ciudadana, efectuada por el programa ‘Bucaramanga metropolitana, Cómo vamos’ que mide el criterio ciudadano sobre los aspectos más complejos e importantes de los cuatro municipios del área.
Una de estas primeras mediciones publicada ayer, fue la calificación que los ciudadanos dieron a los alcaldes Bohórquez de Bucaramanga; Ávila de Floridablanca; Becerra de Piedecuesta y Quintero de Girón y lo que se concluye de ello es que el descontento con nuestros dirigentes es mayúsculo.
Tomando como referencia la elemental evaluación escolar, según la cual se debe estar sobre 65 para considerar el mínimo de aprobación, nuestros alcaldes están lejos de esta medida y algunos tienen más que perdida su gestión frente a sus gobernados.
Las cifras son sencillamente mediocres si se mira el grupo de personas que consideran que hicieron una ‘Buena gestión’: el alcalde florideño es el más alto y solo obtiene el 33%, Luís Francisco Bohórquez le sigue con un 26% y son penosos los casos de los alcaldes de Girón con 15% y Piedecuesta con 6%.
Queda claro entonces que para los mis-mos ciudadanos que cada 4 años votan, nuestros gobernantes, más allá de ganar unas elecciones, no satisfacen en prácticamente nada las expectativas de capacidad, liderazgo, excelencia y transparencia que se tienen sobre quienes reciben el encargo popular de dirigir y administrar ciudades en franco crecimiento y que, por lo mismo, demandan cada día acciones acertadas de sus alcaldes.
De aquí deben derivarse reflexiones tan-to para quienes ejercen la política, para que lo hagan con responsabilidad, seriedad y respeto por la ciudadanía, así como para los electores, que deben mirar con mucho más compromiso social que personal el certamen electoral y escoger a quien demuestre poseer mejores capacidades, conocimiento, experiencia, honestidad y autoridad a la hora de tomar decisiones que van a tocar permanentemente el interés general.
Bucaramanga y el área no pueden continuar en la dinámica clientelista que lleva a decidir el voto por criterios de conveniencia personal y coyuntural. El elector debe educarse y convencerse de que no está entregando el poder simplemente a quien puede conservarle u ofrecerle un puesto de trabajo o un contrato, sino que se está escogiendo a quien dirigirá la ciudad por 4 años. Esa mirada pequeña y mezquina de algunos ciudadanos es la que, a la larga, es causa de la inequidad, la pobreza, el caos y la injusticia que tanto lamentamos.